domingo, 27 de noviembre de 2011


En mi corazón, Yo acepto mi Ser perfecto.
Yo acepto que la alegría que he deseado, ya está presente en mi vida.
Yo acepto que el amor por el que he orado, ya está dentro de mí.
Yo acepto que la paz por la que he pedido, ya es mi realidad.
Yo acepto que la abundancia que he buscado, ya llena mi vida.
En mi verdad, Yo acepto mi Ser perfecto.
Yo asumo la responsabilidad de mis propias creaciones,
Y de todas las cosas que ya están en mi vida.
Yo reconozco el poder del Espíritu que está dentro de mí,
Y sé que todas las cosas son como deberían ser.
En mi sabiduría, Yo acepto mi Ser perfecto.
Mis lecciones han sido cuidadosamente elegidas por Mí,
Y ahora camino a través de ellas en total experiencia.
Mi camino me lleva hacia un viaje sagrado con un propósito divino.
Mis experiencias se vuelven parte de Todo lo Que Es.
En mi conocimiento, Yo acepto mi Ser perfecto.

En este momento, Yo me siento en mi silla dorada
Y sé que Yo Soy un ángel de luz.
Yo miro la bandeja dorada -el regalo del Espíritu-
Y sé que todos mis deseos ya han sido otorgados.
En amor por Mí Mism@, Yo acepto mi Ser perfecto.
Yo no emito ningún juicio o cargo sobre Mi Mism@.
Yo acepto que todo en mi pasado fue dado en amor.
Yo acepto que todo en este momento proviene del amor.
Yo acepto que todo en mi futuro resultará en un más grande amor.
En mi Ser, Yo acepto mi perfección.
Y así es.

“La Oración Silenciosa es un reconocimiento de Todo lo Que Es. En esta oración, sé que toda plegaria que haya dicho es escuchada por el Espíritu, y que el Espíritu me ha dado todo lo que le he pedido. Es un reconocimiento de que mi alma está completa en el amor y la gracia de Dios. Es un reconocimiento de mi total estado de perfección y a mi Yo. Todo lo que deseo, todo lo que anhelo co crear, está ya dentro de mi realidad. Llamo a ésta la Oración Silenciosa porque sé que mi Ser ya está colmado. No hay necesidad de pedir nada del Espíritu, porque ya ha sido otorgado.”

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