miércoles, 11 de enero de 2012


La siguiente hermosa historia fue transmitida de padre a hijo; tenlo en cuenta antes de permitirte "el lujo" de pelearte con tu prójimo…

El gran Justo, el Baal Shem Tov, trabajó muy duro para lograr la unidad judía, de modo que cada judío amara a su prójimo. Aunque meterse en una discusión entre dos grandes Justos es tan peligroso como estar parado entre dos enormes camiones que están por chocarse, es ciertamente doloroso cuando no se llevan bien el uno con el otro.

El Rebe de Mélitz shlit'a me contó la siguiente hermosa historia, transmitida de padre a hijo desde su gran bisabuelo el Rebe Meir de Primishlan; tenlo en cuenta antes de permitirte "el lujo" de pelearte con tu prójimo:

El Rebe Meir de Primishlán y el Rebe Yitzjak de Shtretín estuvieron entablados en una larga e interminable discusión por un asunto muy grave. Sabiendo que la disputa no sirve a ningún objetivo, el Rebe Meir se dirigió a Rebe Yitzjak e intentó hacer las paces, pero el Rebe Yitzjak sólo giró su cara hacia la pared. "Por favor, gran Rebe de Shtretín, permíteme que te cuente un relato verdadero ", dijo el Rebe Meir, y le contó la historia siguiente:

Durante la Inquisición española, un “marrano”*, sospechoso de ser judío en secreto se enfermó en la carcel en forma terminal. Los Inquisidores llamaron al sacerdote local, y le dijeron que vaya a ver si el hombre agonizante haría su última confesión, demostrando así que era católico, en caso contrario sería quemado en la hoguera como judío. El Sacerdote y su ayudante entraron en el cuarto del hombre enfermo, y éste giró su cara hacia la pared, negándose a rechazar su verdadera fe en HaShem durante sus últimos minutos sobre la tierra.

Los Inquisidores dijeron, "¡Ahá!, ¡es un judío secreto!". El cura dijo: “No, él tiene vergüenza de admitirlo delante de otros. ¡Que todos dejen el cuarto!”.



Sólo el hombre agonizante y el cura se quedaron en la habitación. El sacerdote, un marrano él mismo, susurró en el oído del hombre, "Ahora puedes decir el “Shemá Israel” y expresar tu creencia en HaShem antes de morir. Ya no tienes que volverme a mí la espalda, pues nosotros dos servimos al mismo Di-s”. Con su aliento agonizante, el Marrano pronunció:

"¡¡Shemá Israel, HaShém Elokeínu, HaShém Ejád!!”
(“¡¡Oye, oh Israel, HaShem es nuestro Di-s, HaShem es Uno y Único!!").

"Entonces ya ves Rebe de Shtretín", dijo Rebe Meir, "¡Ya no tienes que volverme la espalda, pues servimos al mismo Di-s!".

La enemistad se terminó en ese mismo momento…

*Marranos – el nombre que se le daba a los judíos en tiempo de la Inquisición Española que se hicieron pasar por católicos exteriormente, y en secreto siguieron practicando su Judaísmo (conocidos también como los “Anusím”, que significa los “obligados” a esconder su verdadera fe).

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