viernes, 20 de enero de 2012


Por Patricia Diane  Cota-Robles
¿Y tu cómo vives tu relación con el dinero?
En el principio, nuestro Dios Padre-Madre nos dio todo lo que  necesitábamos para sostener con facilidad nuestros cuerpos físicos durante  nuestra travesía terrenal. Se nos dio la brillantez del Sol, aire fresco, agua,  comida y materiales de los cuales construir refugios y hacer ropa para nosotros  mismos. La Intención Divina era que nuestras necesidades físicas se cuidaran  para que así nosotros pudiéramos enfocarnos en usar nuestro don de libre  albedrío y nuestras facultades creativas de pensamiento y sentimiento para  aprender a co-crear los patrones de perfección desde el Cuerpo Causal de Dios en  el plano físico.
Nunca fue el Plan Divino que lucháramos de mañana a noche en trabajos  mundanos solo para poner alimento sobre la mesa y abastecer las necesidades de  nuestros cuerpos físicos.  Eso, de hecho es una burda distorsión del Plan  Divino original para este planeta y es una engorrosa distracción de nuestro  propósito y razón de ser en esta escuela de aprendizaje.
Después de la “caída”, perdimos conciencia de nuestra Herencia Divina  y del hecho de que somos Hijos de Dios.  Al descender hacia frecuencias más  y más densas de nuestras propias creaciones erradas humanas, fuimos incapaces de  escuchar la guía de nuestra Presencia YO SOY, a la que ahora nos referimos como “la pequeña voz dentro de nosotros”.  Para compensar por ese vacío en  nuestras vidas, desarrollamos nuestros egos humanos fragmentados, basados en el  temor.  Dimos nuestro poder a este aspecto mutado de nosotros mismos y le  permitimos que nos manipulara hacia la creencia de que solamente somos nuestros  cuerpos físicos y que el plano físico es todo lo que existe.
Con esa percepción distorsionada, empezamos a creer en carencia y  limitación. Olvidamos que estamos co-creando esta realidad y que la Luz  primigenia sin forma que comprende cada partícula de Vida en el plano físico, es  ilimitada.  Olvidamos sobre la infinita abundancia de Dios y empezamos a  temer por nuestra propia supervivencia. Nos tornamos temerosos de que no hubiera  suficiente para las necesidades de la vida a fin de cada uno viviera con  comodidad y paz.
Empezamos a acumular las cosas que necesitábamos para sostener  nuestros cuerpos físicos, los cuales a su vez, bloquearon la fluidez de la  infinita abundancia de Dios. Somos co-creadores con nuestro Dios Padre-Madre,  así que cuando nuestros pensamientos y sentimientos basados en el temor se  reflejaron en la sustancia elemental de la Tierra , empezamos a experimentar  condiciones climáticas inclementes que resultaron en inundaciones, sequías,  hambre, plagas y pestilencia. Cuando eso sucedió, fuimos catapultados hacia un  círculo vicioso.  Entre más acumulábamos las cosas que necesitábamos para  sobrevivir, menos disponibles estaban las cosas para cubrir las necesidades de  la vida y más temerosos nos volvíamos.
Desarrollamos una conciencia de avaricia y egoísmo, la que creímos  era necesaria a fin de sobrevivir. Empezamos a luchar con cada uno sobre tierra,  comida, agua y cosas materiales. Eventualmente creamos un sistema monetario para  cambiar por las mismas cosas que Dios nos había dado libremente. Conforme la  confusión y el caos se construyeron en un momentum, nuestros egos humanos nos  forzaron a creer que cualquier cosa que necesitáramos hacer para sobrevivir era  apropiado, aún si significaba mentir, robar, engañar o matar.
Al atestiguar el derretimiento de la economía global, podemos ver  claramente la evidencia de esta trágica situación en todos lados donde miremos.  Prácticamente cada mal que se manifiesta en la Tierra puede ser investigado en  retrospectiva, hacia la conciencia basada en el temor de carencia y limitación.  Eso es verdad ya sea que hablemos sobre corrupción, violencia y depravación  moral en los gobiernos, los militares, las instituciones financieras, las  corporaciones, las industrias médica, de seguros y farmacéutica, organizaciones  religiosas, instituciones educativas, algunas organización sin propósito de  lucro o el sector privado y los individuos.
Nuestros egos basados en el temor, para sobrevivir, infunde a la  Humanidad con el deseo de hacer lo que sea que se requiera para obtener lo que  deseamos.  Durante eones, la gente ha actuado de continuo con la percepción  distorsionada de carencia y limitación.  Como resultado de esa ilusión, la  gente en todos lados están retorciéndose en el dolor y sufriendo nuestros egos  humanos perpetuados para atraparnos en la conciencia de pobreza.
Es hora de que nosotros tomemos de regreso el poder que nuestros egos  humanos nos han usurpado y es hora de que demos a nuestra Presencia YO SOY total  dominio de nuestras vidas. Tenemos la habilidad de reclamar nuestra Herencia  Divina y de restaurar el flujo ilimitado de la abundancia de Dios.  Nunca  ha sido más importante para nosotros, hacer esto.
Conforme la Luz de Dios aumenta en la Tierra y la negatividad que  conflictúa con esa Luz es empujada hacia la superficie para ser transmutada y  sanada, estamos viendo que la economía global rueda sobre arenas movedizas de  corrupción y avaricia.  Desde apariencias externas, parece como que la  economía se dirige hacia el colapso total pero de hecho, esta es la oscuridad  antes del amanecer.
La purga que está teniendo lugar en el mundo económico es una parte  necesaria del proceso de sanación. Los arquetipos antiguos de avaricia, egoísmo,  corrupción y depravación moral están siendo expuestos y destruidos a fin de  limpiar el camino para los nuevos arquetipos de Abundancia Infinita y Paz Eterna  de Dios. Aquellos que están deseosos de obtener su riqueza dañando  otra  parte de Vida, están destinados al fracaso.  Ya sea que estén lastimando a  la gente o contaminando la Tierra , sus nefastos esfuerzos están siendo  expuestos en la brillantez de la Luz de la Verdad Divina.
Perro-come-perro y la búsqueda del egoísmo número uno que ha estado  prevaleciendo durante años, no puede sostenerse ahora que los nuevos arquetipos  están en su lugar. Es el momento que ha sido profetizado cuando “Todo lo que  está escondido ahora debe revelarse”.  Los esquemas clandestinos de engaño  y deshonestidad que ha atrapado las multitudes en una red de pobreza y  temor,  ya no más serán ocultadas bajo el manto de la oscuridad.  La  pequeña élite que acumula la riqueza del mundo mientras que millones viven con  hambre, enfermedad y suciedad, ya no tendrán éxito en sus aventuras  auto-obsesivas.
La pobreza es una creación humana errada y nunca se pretendió que  fuera parte de nuestro Plan Divino.  Los patrones distorsionados de  carencia y limitación son una ilusión que nosotros creamos y que se han  sostenido a través de nuestros pensamientos, palabras, sentimientos, acciones y  creencias.
Los nuevos arquetipos de la Infinita Abundancia y Paz Eterna de Dios,  están basados en la Verdad Divina de que DIOS ES NUESTRO PROVEEDOR, no las  circunstancias externas del mundo. Nuestra herencia natural es el abastecimiento  continuo de Dios de todas las cosas buenas.  Cuando recordamos esta Verdad,  abrimos nuestros corazones de nuevo hacia la fluidez ilimitada de la abundancia  de Dios.
Este momento único será registrado en el Libro Dorado de la Vida como  el tiempo en el cual la Era de Paz Eterna e Infinita Abundancia se estableció  permanentemente en la Tierra. Solamente imaginen, ustedes y yo estamos  físicamente presentes para co-crear los eventos que elevarán este planeta y toda  su Vida hacia la Luz de la Paz Eterna y la Infinita Abundancia de  Dios.
RECLAMANDO  LA ABUNDANCIA DE DIOS
A fin de que nosotros podamos reclamar nuestro Derecho natural de  Nacimiento de la Infinita Abundancia de Dios, necesitamos aclarar nuestra  relación con el dinero.  Ya que hemos elegido vivir en un sistema que usa  dinero como fuente de intercambio, necesitamos eliminar nuestro temor y darnos  cuenta de que el dinero es solamente una fuente de energía – punto.  No es  una asombrosa entidad que viene a nuestras vidas para esgrimir su poder sobre  nosotros y regir nuestros destinos.  Es solamente por nuestro temor para  sobrevivir que hemos permitido que el dinero tenga ese tipo de control sobre  nosotros.
Antes que todo, debemos eliminar la conciencia de pobreza y empezar a  funcionar con la conciencia de prosperidad.  En lugar de preocuparse todo  el tiempo sobre no tener suficiente dinero, necesitamos enfocarnos en nuestra  gratitud por el dinero que tenemos.  Gratitud es un magneto que atrae más  de lo que estamos agradecidos hacia nuestras vidas.
Cada vez que gastamos un centavo de nuestro dinero, ya sea para  comprar abarrotes, pagar nuestras cuentas, por entretenimiento o lo que sea,  debemos bendecirlo con gratitud por el servicio que nos está  proporcionando.  Entonces dejémoslo ir libremente, sabiendo que ese dinero  es solamente una fuente de energía y como TODA energía, se irá, expandirá y  regresará a nosotros para dar más servicio.
Si enviamos nuestro dinero enojados,  rezongando por el alto  costo de la vida, temiendo que no tendremos suficiente para cubrir nuestros  gastos, odiando gastarlo en las necesidades de la vida, de forma automática  estamos bloqueando la fluidez de la abundancia de Dios.
El proceso del desarrollo de la conciencia de prosperidad no  significa salir y cargar cosas innecesariamente y meternos más profundamente en  deudas al gastar dinero que no tenemos. Sin embargo, significa que estamos  reconociendo que el dinero está proporcionándonos un servicio que deberíamos  aceptar con gratitud y aprecio.
Al avanzar a gran velocidad, es crucial que recordemos que somos  responsables de co-crear nuestra propia prosperidad.  Debemos preguntarnos  perpetuamente. “¿Se está añadiendo lo que YO SOY pensando, diciendo, sintiendo o  haciendo a mi prosperidad y a mi conciencia de prosperidad? ¿O estoy bloqueando  mi prosperidad con temor y conciencia de pobreza?
Si lo que estamos expresando está reflejando conciencia de pobreza,  entonces debemos preguntarnos “¿Qué necesitamos cambiar a fin de expresar  conciencia de prosperidad y abrir el flujo de la abundancia de Dios justo  ahora?  Es imperativo que mantengamos de forma tenaz nuestras visiones  positivas y las energicemos diariamente con nuestras afirmaciones y el enfoque  de nuestra atención.  Debemos ser deliberados con nuestra riqueza.  A  través de la persistencia, confianza y aceptación, abriremos nuestros corazones  al suministro de Dios de todas las cosas buenas.
UN FACTOR VITAL AL RECIBIR LA ABUNDANCIA DE DIOS.
La Ley del Círculo juega un rol muy importante en nuestra  prosperidad.  La marea y la fluidez de Vida, que está tan claramente  demostrado en la Ley del Círculo, es un factor crítico a fin de que nosotros  recibamos la fluidez de la Ilimitada Abundancia de Dios. Existen muchas  expresiones que describen la marea y el fluir de nuestra Fuerza de Vida: inhalar  y exhalar, radiación y magnetización, dar y recibir, causa y efecto, acción y  reacción, involución y evolución.  A fin de que el Plan Divino de Dios sea  realizado y para que nosotros recibamos un continuo fluir de la Infinita  Abundancia de Dios, la marea y fluidez de nuestro don de Vida debe estar  equilibrado.  Si estamos recibiendo más Fuerza Vital de la que estamos  enviando o viceversa, se crea un desequilibrio que bloquea la  fluidez.
Cuando fuimos voluntarios para encarnar en la Tierra , aprendimos  cómo convertirnos en co-creadores con nuestro Dios Padre-Madre, acordamos que  cooperaríamos con la Ley Universal del Círculo y mantener el equilibrio de la  Fuerza Vital.   Nuestros Padres Dios acordaron proveer lo que necesitáramos  para sostener nuestros cuerpos físicos, tales como Luz de Sol, agua, aire  fresco, material para alimento y refugio y la sustancia de la Luz electrónica  que  hace latir nuestros corazones y nos permite vivir, movernos, respirar,  pensar y tener a nuestro Ser en el plano físico.
A cambio, aceptamos que equilibraríamos nuestro don de Vida al usar  nuestra Fuerza Vital y nuestras facultades creativas de pensamiento y  sentimiento, para expandir las fronteras del Reino del Cielo en la Tierra.    Acordamos que usaríamos nuestro don de libre albedrío para observar los  patrones de perfección en el Cuerpo Causal de Dios y entonces combinar esos  patrones en nuestras propias formas únicas de crear expresiones nuevas  previamente desconocidas de la Divinidad en el mundo de la forma.   Acordamos enviar nuestro don de Vida en formas que pudieran añadir Luz al mundo.  Esto se hace fácilmente a través de nuestras expresiones de amor, reverencia por  toda Vida, gratitud, sabiduría, abundancia, paz, dicha y felicidad, que  bendecirá toda Vida en la Tierra.
Cuando caímos en el abismo de nuestras propias creaciones humanas  erradas, olvidamos los acuerdos que habíamos hecho con Dios. Aún cuando todavía  estábamos recibiendo y usando todos los dones de Vida que nuestro Dios  Padre-Madre estaba proporcionándonos, nosotros no estábamos dando nada de  vuelta.  No estábamos realizando nuestra parte del acuerdo de equilibrar  los dones de Vida que estábamos utilizando para añadir Luz al mundo. Ese  comportamiento auto-centrado bloqueó de forma efectiva la fluidez de la  abundancia de Dios.
Una vez que nuestro abastecimiento fue bloqueado, caímos en un patrón  disfuncional de luchar cada día solamente para hacer suficiente dinero para  pagar por las cosas que necesitábamos para sostener nuestros cuerpos  físicos.  Esas eran las mismas cosas que Dios ya nos había dado de forma  gratuita.  Cuando gastamos nuestro tiempo, energía y dinero para pagar por  lo que Dios ya nos había proporcionado, es como no dar nada de regreso para  equilibrar nuestro don de Vida.  Ese desequilibrio nos atrapó en un modo de  estancamiento.  Como resultado, fuimos lanzados hacia las agonías  paralizantes de la pobreza que únicamente perpetuaron nuestra conciencia de  carencia y limitación.
Esa  condición desconcertante es la causa de la pobreza que  hemos experimentado durante muchas vidas, y es la razón para las situaciones  financieras que están afectando a la economía global ahora. Las buenas noticias  son que hemos creado este problema nosotros y tenemos el poder de hacer algo con  eso.  Tenemos la habilidad de renovar nuestros contratos con Dios y de  reclamar nuestra prosperidad.
Todo lo que tenemos que hacer para renovar nuestro contrato con Dios,  es empezar a hacer lo que acordamos hacer en primer lugar.  Eso significa  que necesitamos equilibrar el don de Vida que recibimos y beneficiarnos cada día  al dar algo de regreso y expandir los límites del Reino del Cielo en la Tierra.    Eso puede sonar complicado pero de hecho es muy sencillo.  Cualquier  cosa que hacemos para mejorar la calidad de Vida en la Tierra , expande los  límites de la Divinidad y se añade a la Luz del mundo.  Lo que sea que  hagamos para bendecir toda Vida al compartir nuestro amor, reverencia,  adoración, gratitud, sabiduría, abundancia, paz, dicha y felicidad todavía más,  incrementa la creación del Cielo en la Tierra.
Existen tantas formas de abrirnos al flujo de la abundancia de Dios,  como hay gente en el planeta planeando formas de equilibrar su don de Vida al  compartir su amor y aprecio. Si de forma específica deseamos aumentar la  abundancia del dinero en nuestras vidas, existe un proceso muy específico que  debemos seguir.
AUMENTANDO  NUESTRA FLUIDEZ DE EFECTIVO
En la actualidad usamos el dinero como nuestro medio de intercambio,  así que a fin de que nosotros obtengamos prosperidad y para convertirnos en  financieramente libres, necesitamos incrementar nuestro flujo de dinero.   Fácilmente podemos hacerlo al aplicar la Ley Universal del Círculo.   Recuerda, lo que es parecido atrae a lo que es parecido. Lo que enviamos en  forma de energía se expande y regresa a nosotros. El dinero es energía.  A  fin de que nosotros atraigamos más dinero hacia nuestras vidas, necesitamos  enviar más dinero.
No necesito decirles que todos estamos enviando toneladas de dinero  para pagar las necesidades de nuestros cuerpos.  El problema es, Dios ya  nos proporcionó esas cosas necesarias para nosotros libremente, así que el  dinero no cuenta como nuestro don de equilibrio por el aprecio de nuestra Fuerza  Vital.  A fin de incrementar nuestra fluidez de dinero, debemos dar dinero  de regreso a Dios, en aprecio por nuestro don de Vida, para apoyar cosas más  allá de lo que gastamos para sostener a nuestros cuerpos físicos.
La clave espiritual para incrementar nuestro flujo de dinero es que  demos una porción de nuestro dinero a gente que lo usará para ayudar a co-crear  el Cielo en la Tierra. Existe una miríada de formas para realizar esto.   Podemos dar dinero a la gente, instituciones, organizaciones, caridad, grupos  espirituales, grupos religiosos, corporaciones, grupos de derechos humanos o de  los animales, grupos ambientalistas, trabajos asociados a la ciencia, medicina,  investigación, combustibles alternativos, justicia o cualquier otra persona,  lugar, condición o cosa que sabemos está trabajando con reverencia por TODA Vida  y con un deseo genuino para co-crear las maravillas del Cielo en la  Tierra.
El consenso general es que si damos tan poco como el diez por ciento  de nuestro ingreso de regreso a Dios en aprecio por nuestro don de Vida,  abriremos tal influjo de dinero que no podremos manejarlo todo.
La actitud y conciencia con la cual damos nuestro dinero es crítica  para nuestro éxito.  Nuestro dinero debe ser dado libremente, sin ninguna  atadura. No podemos esperar nada a cambio de la gente o lugares a donde lo demos  sino que ellos usen el dinero para el máximo bienestar para todos los  involucrados y para mejorar la calidad de Vida en el planeta.
Una vez que demos nuestro dinero, es importante que nosotros  reconozcamos y aceptemos que en cumplimiento con la Ley Universal del Círculo,  el dinero se expandirá y regresará a nosotros a través del suministro de Dios de  todas las cosas buenas.
La razón por la que necesitamos afirmas conscientemente el regreso de  nuestro dinero es porque nos hemos olvidado de que el dinero es una forma de  energía, la cual debería salir y regresar a nosotros.  Solamente hemos  estado bloqueando ese proceso natural con nuestra conciencia de  pobreza.
A través de la percepción distorsionada de nuestros egos humanos,  hemos desarrollado la expectación de que el dinero sale pero nunca  regresa.  Al afirmar nuestro Divino Derecho de Nacimiento y decretar  aceptar el ilimitado flujo de la abundancia de Dios, estamos reprogramándonos  para esperar prosperidad. Podemos empezar a reclamar la multiplicación en la  devolución de nuestro don, pero en Verdad, no existe límite para la devolución  que podemos esperar.  Cuando afirmamos el siguiente decreto con profundo  sentimiento, afirmamos nuestro don de amor y aprecio y reclamamos la fluidez de  la abundancia de Dios en la corriente de regreso.
DECRETO  DE PROSPERIDAD.
YO ESTOY dando… ($100.00)… de regreso a Dios con amor y aprecio por  mi Regalo de Vida.
YO ESTOY recibiendo agradecidamente ($1,000.00)*  del infinito  flujo de la abundancia de Dios en la corriente de regreso para el bien más  elevado del Todo.
Una vez que damos nuestro amor y aprecio por nuestra Vida de regreso  a Dios en la energía del dinero y reclamamos la multiplicación de Dios en el  flujo de regreso de abundancia, es importante que nosotros de forma consciente  esperemos recibir un aumento de dinero.  No debemos limitar a Dios al  tratar de imaginar de dónde llegará el dinero, simplemente necesitamos estar  abiertos y respectivos a cada avenida de regreso.
Cada vez que recibamos dinero inesperado o que alguien compre algo  para nosotros o pague por algo que nosotros pensamos íbamos a tener que pagar  nosotros mismos, deberíamos aceptar que la abundancia de Dios está fluyendo de  regreso a nuestras vidas.  Si las cosas que necesitamos están de oferta o  si nuestras cuentas son menos de lo que pensamos que iban a ser, ese es nuestro  don de dinero que regresa a nosotros.  Si alguien nos da un artículo que  pensamos tendríamos que comprar u obtenemos un aumento o un trabajo mejor  pagado, estamos recibiendo la abundancia de Dios.  Si alguien finalmente  paga una antigua deuda que pensamos esta perdida para siempre o si recibimos un  reembolso mayor de lo que esperábamos de nuestros impuestos, deberíamos  reconocer que el dinero es parte de la abundancia que regresa a  nosotros.
Al participar en dar y recibir nuestro dinero en amor y aprecio por  nuestro don de Vida, la abundancia de Dios se convierte en un estado del Ser  siempre presente y como presencia tangible en nuestras vidas.  Entre más  realicemos nuestro acuerdo original con Dios y equilibremos nuestro don de Vida  al añadir a la Luz del mundo a través de pensamientos, palabras, sentimientos,  acciones y dinero, más pronto seremos financieramente libres.
* ($100.00 X 10)
Patricia Diane Cota-Robles
Etiquetas: AclarandoConDineroElNuestraRelación

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