martes, 15 de noviembre de 2011



DICEN LAS JERARQUÍAS - XVII

El Plan convoca a aquellos que están disponibles para trabajar a partir del reconocimiento inmediato de la tarea que tienen que realizar. Para ello, los procesos humanos que os turbaran no pueden persistir, pues el mecanismo de impulso-respuesta debe tener la agilidad de los que se han desprendido de sus preferencias, ideas, conceptos y gustos.

En la preparación de extensiones de nuestros Comandos en los planos materiales, debemos contar con la precisión y la infalibilidad; por ello no podemos utilizar vehìculos que vibren sólo en los planos más densos, en los que aquellas características se encuentran apenas ocasionalmente, y no tienen la estabilidad necesaria.

La trascendencia y la transmutación son requisitos para que podáis actuar en esa operación. La ausencia total de cuestionamientos, un profundo discernimiento y un vívido conocimiento de los niveles de existencia son parte del desarrollo de aquellos que pueden trabajar conscientemente en comunión con nosotros.

A falta de canales adecuados, pudimos tomar cotacto con aquellos que tenían un mínimo de apertura para recibir nuestras instrucciones, a pesar de las innumerables desfiguraciones que puedan sobrevenir de la utilización de instrumentos sin preparación.

No disponemos del número de receptores que podrìan haber sido formados en otra conjunción planetaria. Utilizamos los medios que estén disponibles para que todos los que necesiten de esas informaciones puedan tener acceso a ellas.

Vuestros aparatos eléctricos, magnéticos y electrónicos responden a ondas que podemos emitir desde nuestras naves; como sabéis, ellos son un posible puente para el contacto con nosotros. Para que nos comuniquemos por medio de un instrumento material, como pueden serlo vuestros radio-transmisores, necesitamos ajustar nuestros generadores de frecuencia vibratoria. Dado que nuestros vehìculos actúan en esferas sutiles, la constricciónn que la densidad material ejerce sobre ellos provoca gran desgaste de energía. Por ello evitamos la manifestación en esos planos más densos cuando no se hace necesaria.

Simplemente por estar inmersos en ese océano de presiones, no percibìs la densidad que oprime las partículas de los planos materiales. Entretanto, la proyección de nuestras luces sobre vuestras telas etéricas os transmite nuestra vibración y os prepara para el encuentro con nosotros.
   
En el nivel de compactación y cristalizaciòn en que se encuentran, vuestros vehìculos no soportarían ser repentinamente colocados ante nuestra vibración y nuestras naves. Recibirían una onda que desestructuraría la unión de sus partículas, como si penetrase en ellos un viento tan fuerte como para disgregar el conjunto de las células.

Aquellos cuerpos vuestros que van a entrar en contacto con nuestra energía están siendo continuamente preparados. La consciencia de los que, en sus cuerpos de Luz, necesitan transitar más libremente en los planos sutiles, también ha sido entrenada para desconectarse de los diversos vehìculos terrenos que utiliza.

Se aproxima el momento de maduración del fruto que fue tan cuidadosamente acompañado y, cuando él se ofrezca al Creador, ya deberíais haber desarrollado la percepción interna.

Las semillas de la nueva vida que se implantará sobre la Tierra ya deben estar prontas en ese fruto. Traedlas en vosotros.

Algunos deberán haber vislumbrado esos patrones de comportamiento en los niveles materiales o sutiles en los que la energía de la Mónada puede realizarse.

Viviréis como consciencias monádicas, cósmicas. ¿Podéis percibir lo que eso representa y la dimensión que abarca? Descubriréis el verdadero sentido de la libertad; conoceréis la amplitud de la existencia en toda su dimensión; seréis colmados por el contacto con el Infinito y sabréis que sois parte de ese Todo, no como usufructuadores de la Fuente de Vida sino como componentes de su expresión misma.

Fuente: El Libro de las Señales, de Trigueirinho


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