Como la turmalina se presenta en todo el espectro de colores, se la suele describir como la “piedra camaleónica”.
No resulta extraño encontrar algunas turmalinas que reflejan la apariencia exacta de otras piedras preciosas, como son la esmeralda, el rubí y el zafiro. Algunos cristales de turmalina pueden parecer incluso un arcoiris cristalizado con diversas bandas de color, que van del rojo más intenso al azul más profundo.
Muchos hablan de la turmalina como la piedra de las “musas”, ya que se creía que sus imaginativos colores contenían poderes inspiracionales que permitían a la mente de los que la poseen ser fuente de una visión y una creatividad ilimitadas.
La turmalina se presenta en toda la gama de colores, siendo el verde y el rosa los más comunes. La variedad roja suele denominarse “rubelita”, puesto que su vibrante color rojo se asemeja a menudo al de los mejores rubíes. Una variedad poco común es la de color verde que se encuentra en Tanzania, pero existen sólo pequeñas cantidades.
Otra variedad muy poco común es la turmalina de Paraiba. Esta piedra preciosa, que se halla en Brasil, tiene un color azul muy intenso, como si fuera de neón, o un verde azulado. Su color se compara con frecuencia al espectacular azul de los zafiros de mayor calidad. Algunos cristales de turmalina pueden contener dos o más colores distintivos y son conocidos comúnmente como turmalinas bicolores, tricolores o multicolores.
Durante la dinastía Manchú en China, los miembros de la clase mandarín llevaban botones redondos hechos de turmalina roja, que permitía distinguirles de los ciudadanos de otras clases. La emperatriz Tzu Hsi quedó tan fascinada por la belleza y el color de la turmalina que tenía más de una tonelada de esta piedra preciosa en su colección real.
Se cree que el nombre turmalina deriva de la palabra del sinalés “turmali”, que significa “mezclado”.
La turmalina se da en todos los tamaños, desde las más pequeñas a turmalitas de más 100 quilates; sin embargo, las piedras de color poco común se suelen dar en tamaños más pequeños. Por ejemplo, no es nada común encontrar rubelitas de calidad con más de 20 quilates de peso.
Algunas variedades de color de turmalina presentan más inclusiones que otras. Así, es frecuente encontrar piedras bicolores y multicolores con inclusiones.
La intensidad de color y la claridad de la gema son las consideraciones más importantes a la hora de valorarla, al igual que ocurre con otras piedras preciosas. Las turmalinas verdes de cromo y las de Paraiba son las variedades de color más caras, debido a su espectacular belleza y su rareza. Las rubelitas de calidad y las piedras multicolores alcanzarán precios entre moderados y altos, dependiendo de la intensidad del color y de la existencia de inclusiones perceptibles al ojo humano.
Propiedades físicas
Color: de pardo verdoso o negruzco (dravita) negro (chorlo), incoloro (acroita)
Azul a verde azulado (indigolita), rosa a rojo vivo (rubelita) y verde (verdelita)
Propiedades curativas y espirituales
Esta piedra es símbolo de la pasión, posee la vibración del amor, una de las piedras mas positivas y elevadas.
Aviva el amor y la atracción.
Indicada para las afecciones de la piel.
Relaja el sistema nervioso, permite la concentración.
Proporciona gentileza y ternura.
La turmalina concede serenidad, sabiduría e intuición.
La turmalina no absorbe la energía negativa, sino que la expulsa hacia el tierral descarga y libera a la persona que lleva esta piedra.
Es eficaz contra la tristeza y la melancolía.
Tiene la propiedad de rejuvenecer.
Destruye las formas de pensamiento negativas.
Aumenta la capacidad de discernir y tomar decisiones.
Portadora de la prosperidad, es muy útil para los estudiantes.
Eficacia para la meditación.
Alivia los dolores producidos por el cáncer y otros problemas agudos.
Abre los chakras: de la garganta, el corazón, plexo solar y bazo
Afinidad con los signos: Aries, Tauro, Géminis, Cancer, Leo, Virgo, Escorpio, Sagitario, Capricornio y Acuario
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