domingo, 8 de enero de 2012

por Yehuda Berg 

La puerta a la transformación siempre está abierta. Incluso en el momento final de la vida. Nunca es demasiado tarde para cambiar. La resignación a nuestro destino no existe en las enseñanzas kabbalísticas. La voz que nos dice que abandonemos la esperanza nunca es la voz de la sabiduría. Sólo es la Inclinación al Mal (auto-sabotaje) transmitiendo su mensaje en una frecuencia alterna.

Esto no quiere decir que olvidemos el pasado, pero sí nos insta a concentrarnos en el futuro. No ignora cualquier acción negativa que hayamos hecho anteriormente, pero enfoca nuestra atención en el bien que aún estamos por hacer.

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