sábado, 17 de marzo de 2012


112.- El guerrero de la luz conoce una vieja expresión popular: “Si el arrepentimiento matase...”
Y sabe que el arrepentimiento mata; va lentamente corroyendo el alma a quien hizo algo mal, y lleva a la autodestrucción.
El guerrero no quiere morir de esta manera. Cuando actúa con perversidad o maldad —porque es un hombre lleno de defectos— no se avergüenza de pedir perdón.
Si aún es posible, usa sus esfuerzos para reparar el mal que hizo. Si la persona que lo recibió ya está muerta, él hace el bien a un extraño y dedica esa acción al alma de su víctima.
Un guerrero de la luz no se arrepiente, porque el arrepentimiento mata. Él se humilla e intenta reparar el mal que causó.

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