domingo, 8 de enero de 2012


Lección 1: Definiciones y origen

El origen de la creatividad


En la obra de David Bohm citada anteriormente, se plantea la pregunta de lo que diferencia un genio de una persona normal, de dónde provienen las ideas creativas, que es lo mismo que preguntarse de dónde viene la memoria. La ciencia no tiene respuestas para estos interrogantes, ha comprobado, eso sí, que la memoria no se encuentra alojada en el cerebro, ya que amputando partes de éste a unos animales, los investigadores se dieron cuenta de que los mecanismos de memoria permanecían intactos.
CerebroEn efecto, el cerebro no es más que una estación receptora, como lo puede ser el televisor, los programas no se hacen en este aparato, el cual sólo se contenta con transmitir las imágenes. Lo mismo ocurre con el cerebro, los programas vienen de más arriba. Existe, en los mundos sutiles, invisible a nuestros ojos, una dimensión en la que se encuentra toda la información que podamos necesitar para nuestro peregrinaje humano, es lo que David Bohn llama: "el orden implicado". Allí están, a nuestra disposición, todas las ideas, todas las soluciones a los problemas y dilemas que podamos plantearnos, allí se encuentran todos los elementos que, adecuadamente decodificados y engarzados, pueden dar lugar a todos los inventos imaginables. Toda esta información está administrada por los ángeles superiores y ellos están deseosos de transmitirla, el único requisito, o al menos el más importante, es disponer de un "aparato receptor" que esté en buenas condiciones y que haya sido debidamente entrenado.
También es importante evitar en lo posible las interferencias que provienen del mundo físico: nuestro espíritu no puede conectar con los ángeles superiores, con el Ego Superior, si la parte profana de nuestra personalidad emite demasiados ruidos. Se entiende por ruidos una excesiva preocupación por los asuntos materiales, emitir emociones negativas o una apetencia pronunciada por los placeres de los sentidos, los cuales impiden que el Ego Superior pueda expresarse.
Cuando Newton, al ver caer una manzana al suelo desde un manzano, se preguntó por qué la Luna no caía también de la misma manera, descubrió la ley de la gravitación universal. ¿Qué fue lo que le llevó a esta conclusión, de dónde sacó esta respuesta? Este es el dilema que se plantean todos los científicos. Una de las condiciones requeridas es una preparación previa, un entrenamiento, es decir el hecho de haberse dedicado con anterioridad -en esta o en otras existencias- a las labores de la investigación. Otra condición consiste en formularse las preguntas. En virtud de la ley cósmica del "pedid y se os dará", existe un servicio celestial de "atención al cliente" atendido por ángeles, que se ocupa de recoger todas las preguntas planteadas por los seres humanos.
Pero el mayor obstáculo, además de los "ruidos" mencionados y de la pulcritud y correcto funcionamiento del canal receptor lo constituyen los numerosos filtros mentales y emotivos que aplicamos inconscientemente a todo lo que nos viene de las altas instancias. Como veremos más adelante al hablar de los Genios de la Cábala, éstos transmiten cada día del año determinados programas, intentan comunicarnos en pequeñas dosis diarias, toda la sabiduría del universo, pero como también veremos, desperdiciamos en gran parte estos delicados manjares y los Genios no tienen entonces más remedio que dejar actuar sus colegas de las bajas esferas, los luciferes, para que nos transmitan los mismos programas, pero vueltos del revés.

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