viernes, 11 de mayo de 2012



Shiatsu, respiración y tensión miofascial
Los caballeros medievales se colocaban una armadura para la batalla que se sacaban al descansar o terminar la lucha.
Nosotros no somos guerreros, pero, cada situación de crisis, estrés, miedo, angustia, hace que usemos nuestra musculatura como si fuera una armadura. El cerebro estimula por vía nerviosa a todo el organismo, músculos incluidos.
La organización psicofísica se pone en alerta y en estado de tensión para hacer frente a los desafíos o amenazas. Si persisten las situaciones y no logramos revertirlas perdemos el contacto con lo que nos sucede a nivel corporal y sobrevienen diferentes grados de anestesia sensorial, lo que disminuye la percepción corporal.
La falta de conciencia se traducirá como contractura muscular, cronificandose y realimentándose, contractura, cerebro, tensión muscular.
Los espacios intervertebrales y articulares necesitan ejercicios, descanso y relajación muscular para mantener la flexibilidad para evitar lesiones.
Es en esta perdida de sensibilidad que se va perdiendo el contacto con nuestra piel, músculos, órganos y emociones, buscando las respuestas a nivel mental o lógico. No detener este círculo vicioso hace que el riesgo de algo mas profundo sea más alto. Debemos encontrar a través de la reflexión como reconquistar el contacto con el cuerpo y las emociones, lo cual puede ser por medio de alguna actividad física con contacto corporal donde el otro nos ayuda con su toque a reconocernos nuevamente y nos permiten recuperar esa unidad funcional perdida.
La secuencia tensión – relajación si es enriquecida por la toma de conciencia mediante la cual podemos ampliar la percepción y nuestra dimensión corporal y se logra una apreciación mas sutil de nuestro sistema miofascial y emocional.
La respiración ocupa un lugar preponderante ya que permite una profundización y una relajación mayor al liberar el diafragma accediendo a sensaciones placenteras generada por las endorfinas, ya que la psiquis responde a los estímulos reales o imaginarios.
En estos tiempos, donde las crisis económicas, personales, sociales, políticas y culturales hacen que nos sintamos amenazados, invadidos, lo que para nuestra psiquis real o imaginario ocasionan las mismas reacciones, el hombre necesita volver a recuperar el control de su cuerpo, su estabilidad emocional y psicológica.
La respiración, su calidad y profundidad permiten regresar a nuestro dominio del cuerpo y poder controlar la ansiedad, con ella logramos distender el diafragma y relajarnos, lo que lleva a no tener una armadura sino una musculatura con un tono justo, sin tensiones. Cuando el cuerpo tiene ese tono muscular justo, idóneo, que significa poder hacer cualquier movimiento sin esfuerzo podemos controlar nuestra vida general, personal, social, afectiva, cultural, etc., y fluir en este diario vivir con soltura y seguridad.
El toque profundo del Shiatsu cuando la musculatura esta tensionada, trabaja sobre lo que Wilhelm Reich llamo las corazas musculares y, junto con ejercicios sugeridos para mantener este estado, la recomendación de acuerdo a la persona de alguna disciplina para ejercitarse y mantener la flexibilidad corporal aporta un gran beneficio y calidad de vida a quien lo recibe, el Shiatsu logra una toma de conciencia corporal total.
 














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