jueves, 30 de agosto de 2012






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APELACIONES

APELACIÓN A LOS SERES DEL RAYO DE LA CURACIÓN

En nombre de la Presencia Divina YO SOY, apelamos a Vos Bien Amado Maestro Hilarión y a todos los Seres del Rayo de la Curación: dirigid vuestras energías sanadoras a través de nuestros pensamientos y sentimientos, a través de cada célula de nuestro cuerpo físico, para que podamos ser saludables, volviéndonos instrumentos adecuados al Se
rvicio Prestado a la Legión Ascendida.
Aquello que pedimos para nosotros también lo pedimos para nuestros seres queridos, principalmente ......... (nombre completo). Enviad Vuestra Legión Angélica de Curación a los hospitales, residencias y sanatorios y a todo ser doliente sobre la Tierra. Os lo agradecemos.

APELACIÓN DE PROTECCIÓN PARA UN ENFERMO HOSPITALIZADO.

Llama de Oro del Gran Sol Central, aplicad un círculo de fuego en torno del lecho de ......... y protegedlo(3).
Llama Verde del Gran Sol Central, descended al cuarto de ........... y protegedlo (3).
Oh Llama Violeta del Gran Sol Central, llenad todo el hospital en donde está .......... y protegedlo (3).
Oh Llama Azul del Gran Sol Central, tomad la forma de un cimborrio, sobre el hospital en donde está ............. y protegedlo (3). ¡YO SOY!. ¡YO SOY!. ¡YO SOY!.

APELACIÓN A LOS BIEN AMADOS ARCÁNGELES RAFAEL Y MADRE MARIA.

En nombre y con la autoridad de nuestra Presencia Divina YO SOY, apelamos a Vos, Bien Amados Arcángeles Rafael y a Vuestro complemento divino, Madre María, del ministerio de curación, para auxiliarnos en la senda que conduce a la perfección. Santificad nuevamente nuestros ojos para que ellos vean solamente la perfección de la Luz Crística existente en el corazón de todo ser humano.


APELACIÓN A MADRE MARIA A FAVOR DE UN ENFERMO.

¡Oh Dios Todo Poderoso presente en mi corazón!. ¡Oh, María, Madre de Jesús, enviad a Vuestros ángeles sobre Vuestro rayo de amor para que ellos guarden a .........y lo curen. ¡Oh María, volved a caldear su corazón en Vuestra manos de Luz y tomadlo en Vuestro seno!.
Yo os agradezco, ¡Oh María! La atención a esta apelación.

MEDITACIONES DIARIAS
THOMAS PRINTZ




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