XXXIII - EL GUERRERO SE ENTREGA AL ALTÍSIMO: Nada puedes hacer ya. Comprende que eres sólo un hombre, Guerrero, pero hombre al fin. Has hecho todo lo posible. Has sufrido lo necesario, y más aún. Te has esforzado lo necesario. Y más aún. Pe
ro ya no depende de ti. Ni retroceder, ni avanzar. Ni actuar ni dejar de hacerlo. Suspenderse en el aire. Dejarlo todo en manos del Altísimo.
Entrégate al destino. Confía en que todo será para mejor, aunque no seas capaz de entenderlo ahora. Siéntate. Respira. Entrégate
Entrégate al destino. Confía en que todo será para mejor, aunque no seas capaz de entenderlo ahora. Siéntate. Respira. Entrégate
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