"No tengas temor, querida pequeña. Soy la Madre de Dios, que te habla y te pide hagas público el presente Mensaje para el mundo entero. Haciendo ésto, encontrarás fuertes resistencias. Escucha bién y haz atención a ésto que te digo:
Los hombres deben corregirse. Con humildes suplicas, deben pedir perdón de los pecados comeridos y que pudiesen cometer. Tu deseas que Yo dé una señal, para que cada uno acepte Mis Palabras que Yo digo por mediación tuya, al género humano. Has visto el Prodigio del Sol, y todos, creyentes, incrédulos, aldeanos, ciudadanos, sabios, periodistas, laicos, sacerdotes, todos lo han visto. Y ahora proclama en Mi Nombre:
Un gran castigo caerá sobre todo el género humano, no hoy, ni mañana, sino en la segunda mitad del Siglo XX. Ya lo había revelado a los niños Melania y Massimino, en "La Salette", y hoy lo repito a tí, porque el género humano ha pecado y pisoteado el Don que había hecho. En ningún lugar del mundo hay orden, y satanás reina sobre los más altos puestos, determinando la marcha de las cosas. El efectivamente iogrará introducirse hasta la cumbre de la Iglesia; él logrará seducir los espítitus de los grandes cientificos que inventan las armas, con las cuales será posible destruir en pocos minutos gran parte de la humanidad. Tendrá en poder a los potentes que gobiernan los pueblos, y los incitará a fabricar enormes cantidades de estas armas. Y si la humanidad no se opusiese a ésto, estaré obligada a dejar libre el brazo de Mi Hijo. Entonces se verá que Dios castigarà a los hombres con mayor severidad como no había hecho con el diluvio.
Llegará el tiempo de los tiempos y el fin de los fines, si la humanidad no se convertirá y si todo debería continuar como ahora, o peor, debería agravarse mucho más, los grandes y los potentes perecerán junto a los pequeños y los débiles. También para la Iglesia, llegará al tiempo de Sus más grandes pruebas. Cardenales se opondran a Cardenales, los Obispos a Obispos. Satanás caminará por entremedio de Sus filas, y en Roma habra cambios. Lo que está podrido caerá, y lo que caerá, ya no se levantará más. La Iglesia será ofuscada y el mundo trastornado por el terror. Tiempo llegarà, en que ningún Rey, Emperador, Cardenal ú Obispo, esperará a Aquel que sin embargo vendrà, pero para castigar según los designios del Padre mio.
Una gran guerra se desencadenará en la segunda mitad del Siglo XX. Fuego y humo caerán del Cielo, las aguas de los océanos se volverán vapores y la espuma se elevará revolviendo y hundiendo todo. Millones y millones de hombres perecerán de hora en hora, aquellos que queden en vida, envidiarán a los muertos. Por cualquier sitio por donde se diriga la mirada, habrá angustia, miseria, ruinas en todos los paises. ¿Ves? el tiempo se acerca siempre más y el abismo se engrandece sin esperanza. Los buenos pecerán junto a los malos, los grandes con los pequeños, los principes de la Iglesia con sus fieles y los gobernantes con sus pueblos. Habrá muerte por todas partes por causa de los errores cometidos por los insensatos y por los partidarios de satanás el cuál entonces, y sólo entonces, reinará sobre el mundo, por último, cuando aquellos que sobrevivirán a todo evento, estén aún con vida, proclamarán nuevamente a Dios y a Su Gloria y Le servirá como en un tiempo, cuando el mundo no era así de pervertido.
Ve, pequeña mía, y proclámalo. Yo a tal fin, estaré siempre a tu lado para ayudarte".
José García Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario