ARCÁNGEL CAMAEL
(Auxilio y Fuerza de Dios, Él que ve a Dios)
POTESTADES, responsables de impartir la Justicia de DIOS. Protegen las leyes del mundo físico y moral. Son los Ángeles encargados de asistirnos en los momentos de mayor desazón en nuestra existencia. Para que podamos impartir justicia en nuestras vidas.
Él luchó con Jacob y más tarde se apareció a Jesús en el huerto de Getsemaní. Nos acompaña en los momentos más oscuros de nuestra vida. Cuando el miedo nos cerca y creemos que las posibilidades ya no existen, su presencia sutil se hace inestimable.
El cielo en su infinita misericordia jamás nos abandona, siempre está presente, aún cuando nuestra escasa posibilidad de ver y percibir nos haga pensar que estamos SOLOS y ABANDONADOS, a una ESPECIE de FATALISMO que NUNCA ACABARÁ.
Allí es donde Camael, con su acción rápida y atenta, nos sacude en nuestro letargo nupcial con la horrible novia del miedo y la locura como acompañante. Es la “Noche triste del alma”…como decía San Juan de la Cruz.
Su asistencia nos hace enfrentar a nuestra parte más oscura, para que podamos responsabilizarnos de aquellas cosas que durante tanto tiempo pensamos no nos correspondían. Su auxilio sin límites nos conduce hacia los Portales de la Luz, donde podremos realizar nuestros proyectos de una manera sana y razonable, sin tapujos ni tabúes que nos conduzcan al entorpecimiento de nuestros anhelos.
Podremos discernir respecto a nuestra dualidad y conectarnos con nuestra parte más lumínica. Camael nos ayudará a conocernos en detalle, llegar a la parte más profunda de nuestro ser interior en las que hay a veces zonas oscuras que nos impiden ser libres.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán saciados.
POTESTADES, responsables de impartir la Justicia de DIOS. Protegen las leyes del mundo físico y moral. Son los Ángeles encargados de asistirnos en los momentos de mayor desazón en nuestra existencia. Para que podamos impartir justicia en nuestras vidas.
Él luchó con Jacob y más tarde se apareció a Jesús en el huerto de Getsemaní. Nos acompaña en los momentos más oscuros de nuestra vida. Cuando el miedo nos cerca y creemos que las posibilidades ya no existen, su presencia sutil se hace inestimable.
El cielo en su infinita misericordia jamás nos abandona, siempre está presente, aún cuando nuestra escasa posibilidad de ver y percibir nos haga pensar que estamos SOLOS y ABANDONADOS, a una ESPECIE de FATALISMO que NUNCA ACABARÁ.
Allí es donde Camael, con su acción rápida y atenta, nos sacude en nuestro letargo nupcial con la horrible novia del miedo y la locura como acompañante. Es la “Noche triste del alma”…como decía San Juan de la Cruz.
Su asistencia nos hace enfrentar a nuestra parte más oscura, para que podamos responsabilizarnos de aquellas cosas que durante tanto tiempo pensamos no nos correspondían. Su auxilio sin límites nos conduce hacia los Portales de la Luz, donde podremos realizar nuestros proyectos de una manera sana y razonable, sin tapujos ni tabúes que nos conduzcan al entorpecimiento de nuestros anhelos.
Podremos discernir respecto a nuestra dualidad y conectarnos con nuestra parte más lumínica. Camael nos ayudará a conocernos en detalle, llegar a la parte más profunda de nuestro ser interior en las que hay a veces zonas oscuras que nos impiden ser libres.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán saciados.
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