miércoles, 26 de septiembre de 2012




EL CUERPO ENERGÉTICO

A la luz de la nueva visión de la ciencia que está emergiendo la Naturaleza ya no es ese escenario duro y cruel que Darwin nos presentaba para lograr la supervivencia de las especies, un mundo en el que necesariamente todos compiten contra todos por la supremacía, desde las especies hasta los genes. Una concepción según la cual la cooperación -cuando existe- no sería más qu
e una forma refinada de egoísmo. Sin embargo, para el nuevo paradigma de la Ciencia los organismos vivos no son entidades egoístas, separadas y confinadas en su piel ni la competitividad entre ellas ilimitada. Antes bien, nuestros científicos comprueban a cada paso que avanzan que la vida evoluciona desplegando una danza sagrada en la que participan solidariamente todos los organismos vivos en tanto elementos estrechamente interrelacionados que forman un planeta vivo.

Las teorías de Albert Einstein sobre materia y energía hicieron variar en este siglo planteamientos científicos que permanecían sólidamente asentados desde hacía casi trescientos años. Posteriormente, en las últimas décadas, la Física Cuántica ha apoyado y ampliado esos postulados presentándonos la realidad del ser humano como un conjunto de sistemas de diferente nivel vibratorio en constante interacción de los que el cuerpo físico sólo ocuparía el nivel más denso siendo los otros niveles los correspondientes al plano energético, al mental y al espiritual. Interacción que se caracteriza por el hecho de que cualquier alteración vibratoria que se produce en un plano afecta a los demás.
Sabemos también que todo en la Naturaleza es gradual, es decir, que no existen saltos bruscos entre una singularidad y otra. Así ocurre con los planos que conforman al ser humano, cada uno de los cuales está subdividido en distintos niveles vibratorios y que en el caso de la mente -como vimos en el capítulo anterior- se manifiesta a través de los "subplanos" del consciente, inconsciente y subconsciente. Pues bien, del mismo modo, el plano energético está constituido a su vez por diferentes niveles de frecuencia, lo que depende de la energía que necesita aportar para lograr un funcionamiento ordenado de cada uno de los sistemas orgánicos que vitaliza. Energía que constituye la respuesta que la Naturaleza da a quienes postulan que la vida en el universo se manifiesta siempre originalmente como un caos. Porque, llamativamente, la energía de carácter electromagnético que rodea a los seres vivos e interpenetra todos sus espacios interatómicos e intermoleculares tiende de manera natural al orden, al mantenimiento de la vida. Hoy la conocemos como Energía Vital pero las culturas antiguas de Oriente la conocían ya aunque con el nombre de chi en China, con el de ki en Japón y con el de prana en La India.
¿Y dónde se encuentra esa Energía Vital? ¿Cómo puede definirse? ¿Lleva incorporada algún tipo de inteligencia? Las últimas propuestas de los físicos teóricos apuntan que la Energía Vital está presente en todo el universo aunque debido a una de sus características -la fuerza de cohesión-, tiende a condensarse en forma de corriente -como la de un río-, lo que algunas escuelas de pensamiento de la filosofía perenne denominan el Río de la Vida. Esta energía circula por el espacio formando remolinos, es decir, espirales, bañando a aquellos planetas que reúnen condiciones para que en ellos se desarrolle la vida y aportando vitalidad a aquellos otros que ya han empezado a desarrollarla.

LA ENERGÍA VITAL
La Energía Vital puede ser definida pues como "un fluido más o menos densificado, cargado electromagnéticamente, con autonomía limitada y supeditada a otro tipo de energía más sutil llamada mente". En su composición se detecta una emisión de radiaciones vitales procedente de estrellas similares a nuestro Sol más una serie de componentes gaseosos muy sutiles. En ese sentido, el Sol se comporta como un chakra que recoge la energía del torrente del Río de la Vida absorbiendo la Energía Vital y adaptándola a las características propias del Sistema Solar, tal como hacen los chakras que energetizan nuestro cuerpo físico.
La Energía Vital se manifiesta, por tanto, como la verdadera organizadora de los elementos inertes que están inmersos en el caos. Esta energía, imprescindible para la manifestación de la vida, permite explicar cómo una serie de elementos pueden "ponerse de acuerdo" para crear algo tan aparentemente raro como es la vida o qué es lo que lleva a las partículas subatómicas a unirse para formar los átomos que dan lugar después a moléculas, órganos y sistemas. Y es que las teorías del azar o del caos para explicar la aparición de la vida son tan aceptables como admitir la posibilidad de que un huracán que soplara sobre un gigantesco campo de chatarra fuera capaz de construir "accidentalmente" un Jumbo 747.
Tengamos en cuenta además que estamos hablando de un tipo de energía especializada en generar y mantener la vida -el acontecimiento más sublime de cuantos se manifiestan en el Cosmos- y que gracias a ella planetas como el nuestro pueden alcanzar grados de utilidad vedados para millones de astros que vagan por el espacio. Esta energía está relacionada armónicamente con la de más alta vibración, el Amor, por lo que siempre tiende a la unión, la integración y la salud.
La Energía Vital es común para todos los seres vivos; no sólo vitaliza a los seres humanos sino que también lo hace con las plantas y los animales. Ahora bien, es en el ser humano donde toma carácter individual, donde se "personaliza" merced a la consciencia de sí mismo que tiene por desarrollo cerebral.
Ciertamente, los seres humanos hemos sido educados para percibir apenas un 20% de todo lo que existe a nuestro alrededor pero aún estamos a tiempo de abrir nuestros ojos y oídos a los nuevos paradigmas que amplían el horizonte de la consciencia. Y así, igual que sabemos de la existencia de átomos, electrones, partículas subatómicas, calor, magnetismo, ultrasonidos, rayos X, pensamientos y muchas otras cosas que no se "ven" ni se "tocan" y que, sin embargo, nos consta que existen, quizá dentro de poco podamos desarrollar la tecnología adecuada que permita registrar las energías más sutiles que aún hoy son objeto de especulación. ¿Quién nos dice que dentro de pocos años no seremos capaces de realizar diagnósticos de enfermedades mediante la lectura de la Energía Vital que tiene un individuo? ¿O que podamos resolver problemas físicos actuando sobre el campo energético? De hecho, hoy se desarrollan ya numerosas investigaciones y terapias en ese sentido utilizándose técnicas energéticas para resolver algunos problemas físicos.

¿QUÉ ES EL CUERPO ENERGÉTICO?
En realidad hablamos de "cuerpo energético" -como antes hablamos de "cuerpo mental"- para enmarcarnos en un contexto que nos resulte más familiar. Y así, apoyándonos en que todos tenemos una idea muy clara de lo que es el cuerpo físico, referirnos a los demás planos que conforman al ser humano utilizando la misma terminología. De tal modo que llamaremos "cuerpos" a los diferentes niveles vibratorios en los que se manifiesta la conciencia del ser humano.
Sabemos que la materia no existe y que sólo la mayor o menor concentración de la energía y su organización es la que presenta unas formas u otras según sus diferentes niveles vibratorios, desde la más densa -cuerpo físico- hasta la más sutil -espíritu- pasando por el cuerpo energético, el cuerpo emocional o el cuerpo mental, y considerando además distintos niveles intermedios entre cada uno de estos grandes planos de manifestación.
El cuerpo energético puede definirse como un fluido bioenergético de carácter electromagnético que rodea al cuerpo e interpenetra todas sus células proveyéndole de la energía necesaria para la manifestación de la vida.
Según esta definición, el cuerpo energético es el responsable del mantenimiento del orden celular y, por tanto, de la vida. Esto puede resultar sorprendente pero la Biología -ciencia que ha avanzado mucho en las últimas décadas- se da cuenta de que si bien nos ha proporcionado mucha información sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo encuentra lagunas dentro de su propio campo para explicar qué es lo que da la vida a las estructuras celulares y que sólo la intervención de una energía sutil puede explicar. Cualquier biólogo sabe que aunque plante una cápsula que lleve incorporados todos los elementos químicos que componen un grano de trigo -almidón, gluten, etc.-, de la misma nunca nacerá una espiga.
Pues bien, la Energía Vital proveniente del Sol -y que es de alta vibración- y la unión de cuatro gases nobles -kriptón, helio, xenón y argón- da como resultado una energía sutil capaz de producir reacciones químicas generadoras de vida y que puede actuar en ambos planos: el energético y el material. Y así, mientras la Energía Vital sublima los gases nobles elevándolos de vibración, éstos -simultánemente- reducen la tasa vibratoria de la energía para que pueda ser asimilada por el cuerpo físico y posteriormente ser transportada a través del sistema nervioso y los canales energéticos.
Curiosamente, el cuerpo energético mantiene su estructura desde el nacimiento y no cambia aunque el físico se modifique por la edad. Ni siquiera cuando una persona pierde un miembro o un órgano debido a una amputación. Es lo que se conoce como "miembro fantasma" ya que la actividad energética se mantiene y el individuo tiene "sensaciones físicas" en esa zona a pesar de carecer del miembro.

ESTRUCTURA Y FUNCIONES DEL CUERPO ENERGÉTICO
El cuerpo energético está subdividido en diferentes niveles vibratorios que suelen representarse por bandas energéticas de diferente color y vibración que rodean al cuerpo físico en una especie de envoltura de unos 30 cms. de grosor.
Hoy sabemos que el cuerpo energético se relaciona con todo el organismo a escala cuántica y subcuántica; es decir, como toda energía le llega en forma de cargas -quantos- y dependiendo de la sutileza de la capa o de las necesidades energéticas del individuo en forma de sub-quantos, que tienen menor carga pero llegan más frecuentemente para mantener el tono vital constante, por ejemplo durante la noche, al dormir o cuando estamos enfermos.
Una de las peculiaridades de la recepción subcuántica es que excita el centro regulador de la temperatura corporal produciendo fiebre -la señal de alerta de las enfermedades-, lo que elimina los virus y bacterias que mueren por encima de los 37,5 grados.

LOS CHAKRAS, MERIDIANOS Y NADIS
La conexión entre el cuerpo energético y el físico se realiza a través de unos centros energéticos o vórtices llamados chakras ( rueda de energía en sánscrito) que están en continuo movimiento girando en forma de espiral. Existen siete chakras principales o magnos, veintiuno secundarios y otros más de menor importancia distribuidos por todo el cuerpo. Se han detectado en acupuntura más de ochocientos vórtices. Los siete magnos o chakras principales están alineados a lo largo del principal canal energético del cuerpo humano que fluye por el interior de la espina dorsal y podríamos compararlos con los botones que unen una prenda con sus ojales.
El chakra principal está ubicado en el plexo solar, bajo el esternón. Su función es captar y repartir Energía Vital a los demás, situados en puntos estratégicos del cuerpo y conectados a su vez con seis glándulas principales encargadas de verter al torrente sanguíneo complejos compuestos químicos -como las hormonas- para regular el funcionamiento del cuerpo y producir reacciones tanto físicas como emocionales.
El chakra del plexo solar gira durante el día (de 7 de la mañana hora solar a 7 de la tarde) en sentido contrario a las agujas del reloj y tiene un color rosáceo. Por la noche, a partir de las 7 de la tarde, gira en sentido contrario y es de color blanco-azulado.
Ahora bien, este centro energético tiene dos momentos de máxima aceleración: la 1 del mediodía y la 1 de la madrugada (hablamos siempre de hora solar). Y es que a esas horas suele producirse en el cuerpo físico lo que conocemos como una "caída del tono vital" a consecuencia de la bajada de tensión que se produce naturalmente al disminuir la tasa de azúcar en sangre, lo que el chakra intenta compensar girando más rápidamente para acelerar la recarga energética.
Además de los siete chakras principales hay otros muchos repartidos a lo largo del cuerpo energético y que son como los cambios de agujas de las vías férreas, siendo los meridianos -canales energéticos- las vías por donde discurre esa energía. Y si bien todos los chakras están conectados entre sí, pero todos tienen como referencia al del plexo solar.
Las bandas que en forma de capas de colores integran el cuerpo energético están compuestas de haces de electrones o iones de los cuatro gases nobles mencionados y forman "cuerdas" energéticas a modo de cables de conexión que, para vitalizar al organismo, se dividen como lo harían los hilos de cobre.
Estos "filamentos" energéticos son conocidos de antiguo por las tradiciones orientales con el nombre de nadis y son como una especie de vasos capilares finísimos que riegan todo el cuerpo.
Los nadis se dirigen a sus objetivos a través de los meridianos y forman haces más densos en las conexiones glandulares.
Los meridianos son los lugares de paso preferente de la energía, lugares donde "resuenan" las grandes funciones del organismo. Son doce y se sitúan a derecha e izquierda de la línea media repartiéndose en seis meridianos yin y seis yang. Aunque no se ha encontrado soporte anatómico sí se han podido ver ciertos meridianos, lo que demuestra su existencia. Para ello se siguió por medio de una gammacámara el trayecto que recorre una molécula radiactiva inyectada al nivel de un punto de acupuntura. De este modo se obtiene el trazado perfectamente definido e invariable del meridiano. Estos meridianos recorren también la profundidad del cuerpo relacionando los órganos internos y la piel. Todo su trayecto está plagado de puntos de energía o puntos de acupuntura.
Weschler llevó a cabo en 1987 multitud de experimentos en laboratorio que demostraron fehacientemente la existencia de estos canales energéticos así como que son independientes del sistema nervioso, circulatorio y linfático. Asimismo, los experimentos demostraron la estrecha relación existente entre el sistema energético del cuerpo humano y los sistemas nervioso y endocrino principalmente.
De hecho, el cerebro, el cerebelo y la médula espinal tienen una gran concentración de energía. El cerebro, en concreto, está "dentro "de una tupida red energética; por eso es la imagen que mejor se percibe en la fotografía electrográfica.

TOMADO DE LA WEB


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