Físicos de EE.UU., a punto de encender un ‘sol’ de acero :
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Ecologistas sospechan que el experimento encubre una prueba termonuclear prohibida por convenios internacionales
Un pequeño 'sol' de acero podría lucir próximamente en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en California. Todo está listo en este centro de investigaciones para concretar este experimento, calificado por ecologistas como una prueba encubierta de una carga nuclear. El laboratorio estadounidense pretende activar con láseres una pequeña carga de combustible nuclear dentro de una esfera de acero para que el macizo metálico contenga el impulso explosivo y conduzca la reacción en cadena en un cauce controlado. Según los datos difundidos por fuentes oficiales, como combustible servirá una mezcla de deuterio y tritio; es decir, una combinación de dos isótopos de hidrógeno pesado que se usa también en las armas termonucleares. En meses recientes, el Departamento de Energía de EE.UU. asignó decenas de millones de dólares para perfeccionar la supercomputadora del laboratorio y subvencionó varias adquisiciones de equipo. Además, reforzó el colectivo científico con varios físicos de renombre nacional que habían trabajado en distintos proyectos secretos de investigación. A comienzos de 2010 y en julio pasado, los científicos del mismo centro examinaron las capacidades del mayor cañón de láser del planeta que apuntó 192 haces de luz en una cápsula de dos milímetros de diámetro que durante el experimento quedaba vacía. Aseguran que durante la prueba principal van a repetir el patrón experimental, pero con una carga isotópica dentro de la cápsula. Se prvé que los láseres transmitan al combustible cerca de 670 kilojulios de energía y lo calienten a temperaturas de más de 100 millones de grados de centígrados. Luego de eso se producirá una reacción de fusión que solo podrá ser controlada por la espesa capa de acero que rodeará la carga. La esfera tampoco evitará calentarse a temperaturas comparables con el magma del núcleo terrestre y solo unos chorros de plasma podrán asegurar su posición firme en el taller que servirá de polígono para el experimento. Los científicos piensan que en esos momentos va a brillar como un sol. Temores ante una eventual hecatombe Mientras tanto, varios grupos de ecologistas estadounidenses manifestaron su rechazo los proyectos desarrollados por el Laboratorio Lawrence Livermore. La última ocasión en la que se reunieron frente al centro experimental fue en ocasión del 67º aniversario del bombardeo de Hiroshima que se conmemoró a comienzos de agosto. Sus portavoces explicaron que no solo se guían por el temor ante un posible fracaso de la prueba con efectos catastróficos. Les espantan las declaraciones, hechas anteriormente por los expertos del mismo laboratorio, quienes dijeron que los arsenales termonucleares de EE.UU. necesitan pruebas regulares, pese a que varios convenios internacionales las prohíben. Advirtieron que en realidad el experimento podría ser un examen de caducidad de una bomba de hidrógeno.
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