CURSO DE ANGELES LECCION 44
CURSO DE ANGELES
LECCION 44
DICTADO POR ALEXIIS
PUBLICADO POR MARIA ELENA SYRO P
LECCION 44
DICTADO POR ALEXIIS
PUBLICADO POR MARIA ELENA SYRO P
EL ÁNGEL DE LA PALABRA CREATIVA
El Ángel de la Palabra Creativa extrae su poder de la energía planetaria de Plutón, y, en las antiguas escuelas, el Indicador a menudo adoptaba ese mismo nombre. La mitología nos dice que Plutón – al que los griegos llamaban Hades – era el Señor del Mundo Inferior, el gobernante de la morada de los muertos. Aquí la clave radica en comprender que las enseñanzas de los Misterios no se referían al mundo de Hades como el hogar subterráneo de los muertos, sino al plano tridimen-sional del mundo físico y material. El Infierno de Dante también es una representación simbólica de los interminables sufrimientos padecidos por aquellos que están controlados pro su naturaleza infe-rior, es decir por aquellos que están muertos para su Realidad no realizada y que siguen viviendo en el infierno de la existencia material.
El mito de Plutón raptando a Proserpina y llevándola consigo a su reino subterráneo representa la profanación que la mente mortal inflige a la naturaleza divina y la forma en que la arrastra hacia abajo, hacia el reino de la conciencia objetiva. El significado de esta historia es que, después de descender a la materia (la Caída), continuamos hasta reconocer al Dios-Yo que nos habita y, por un tiempo, no experimentamos la sensación de separación final. Después, sin embargo, sólo llegamos a ser conscientes del mundo físico y con eso completamos el descenso a las tinieblas, nuestra conciencia espiritual (la conciencia de la Presencia que mora en nosotros) es raptada por el ego y se convierte en su prisionera.
En los Colegios de Misterios, Plutón, el Gran Indicador, recrea la Caída del estado celestial hacia la tumba de la conciencia sensorial – la espiral descendente que va desde el Trono del Conocimiento al pozo del olvido -. A través de símbolos, sonidos, formas, experiencias solemnes y prue-bas muy severas y exigentes, el candidato ascendía a través de las diversas ceremonias, hasta llegar al gran clímax, donde el buscador de la Verdad se detenía ante la cegadora presencia de la Palabra Viviente y realizaba el Eterno Ahora.
A la energía de este Ángel, también se la ha asociado con el ave fénix, considerado “un símbolo de la inmortalidad del alma humana, pues así como el fénix renace siete veces siete de su propia muerte, así la naturaleza espiritual del hombre ha de emerger triunfante una y otra vez.
La energía de Plutón connota trastornos y transformaciones absolutamente drásticos, cam-bios permanentes y la aceleración del tiempo. También se distingue por el intenso poder de sus vibraciones que crean y destruyen todas las formas. Y como “el principio de todos los fenómenos manifiestos radica en los sonidos pronunciados”, esta energía se asocia a menudo con los efectos producidos por la palabra creativa. Por consiguiente, uno de los Poderes que los maestros iniciado-res que representaban el rol de Plutón utilizaban para descorrer el velo del mundo espiritual era la palabra hablada, que aparee manifestada como una fuerza creativa en la frase del Génesis: “Y Dios dijo: ‘Haya Luz’, y ‘Hubo Luz”.
La palabra hablada transporta vibraciones a través del éter del Universo y también pone en movimiento la inteligencia inherente a cada forma, animada o inanimada. La palabra da forma a lo informe. Mientras mayor es la conciencia que hay tras las palabras, mayor es el poder que tienen. Las palabras solas, sin convicciones que las apoyen, no tienen ningún poder, y las convicciones solas, sin palabras, nunca llegarán a movilizar la energía latente. Las dos deben combinarse para hacer una cosa completa.
El maestro tibetano Djwhal Khul, dijo: “Cada Palabra, diferente o sintetizada, afecta al reino de los Devas, y por lo tanto, afecta a los aspectos que construyen su forma de manifestación. Nunca ha habido un sonido que no produjera la correspondiente respuesta en la sustancia de los Devas.”
Resulta evidente la razón por la cual los maestros de las antiguas academias enseñaban a sus aspirantes a ser conscientes de las consecuencias que las palabras tienen en el plano mental, emocional, físico y etéreo. Los estudiantes eran adiestrados en el Poder del sonido y en la forma en que las palabras habladas, controladas por la mente, podían, literalmente, cambiar el campo de fuerza de cualquier forma – incluyendo el sistema de creencias de la personalidad – y liberar la aprisionada conciencia espiritual.
Si tomamos mayor conciencia de la dirección (hacia arriba o hacia abajo) de las palabras que son pronunciadas por diversas personas en los comercios y restaurantes, en las conversacio-nes causales que se entablan en las reuniones sociales, así como las que componen las noticias de los periódicos, debemos usar el vejo modelo oriental para medir el valor del discurso: ¿Es verdad (lo que dicen)? ¿Es amable o amistoso? ¿Es necesarios?
El resultado de este breve examen nos demostrará que sólo unas pocas frases pasarán las tres pruebas. Debemos examinar nuestras propias palabras y veremos que aunque estamos tratando conscientemente de medir la cualidad de lo que estamos diciendo, lo mismo nos ocurrirá varias veces. Estamos caminando en círculos con un revólver cargado entre los dientes, y parece que a nuestras lenguas les gusta apretar el gatillo.
Estarás de acuerdo con que ha llegado el momento de volver a aprender esta ciencia sa-grada de la palabra hablada. Recuerda, podemos curar o dañar, no hay punto intermedio, de modo que incluso en nuestra forma de humor deberíamos poner en práctica la inocencia. Edifiquemos el nuevo mundo con palabras constructivas y seamos creadores de una nueva armonía mediante el uso de palabras amorosas. Después de todo, nuestro propósito es escapar del Infierno y volver al estado de gracia, aquí, en el mundo físico. Y, afortunadamente, tenemos a nuestro maestro, que utiliza las energías de Plutón, para que nos ayude y nos brinde su apoyo.
Utilizando la energía astrológica de Plutón, el Ángel concentra el primer rayo de voluntad y poder para producir extraordinarios cambios en la vida de los individuos. Esta energía despeja cualquier clase de bloqueo que pueda existir entre los chakras inferiores y el centro situado en la garganta, para que el poder pueda ser concentrado y utilizado conscientemente, de acuerdo con los propósitos que tenemos en mente.
Aquí, el chakra de la garganta juega un importantísimo papel. Tradicionalmente, se lo con-sidera el centro a partir del cual se distribuye la energía creativa y el órgano de expresión de la palabra hablada, en tanto que allí se registra la intención o propósito creativo del Yo Divino. Puedes descubrir que es muy útil dedicar algún tiempo a contemplar este centro de Poder para hacer que aumente el nivel de tus vibraciones. Otra forma de despertar el chakra de la garganta y de hacer que entre en el orden natural de su proceso – es decir que esté disponible para proyectar palabras de poder – es concentrar la mente en él mientras se escucha música. El Allegro con Brío de la Quin-ta Sinfonía de Beethoven es ideal para acompañar este ejercicio.
Cuando esté libre de las proyecciones del ego, la energía de este Ángel nos inspira para que asumamos funciones de liderazgo guiados por ambiciones justas y correctas. Nos proporciona poder creativo, agudiza nuestra percepción e intuición, fortalece nuestras intenciones y despierta en nosotros la afinidad con la naturaleza.
El Ángel también utilizará la energía de Plutón para eliminar los bloqueos provocados por las falsas creencias y los modelos erróneos y para elevarnos por encima de las apariencias de nuestras creaciones equivocadas, allí donde la palabra hablada puede ser utilizada para corregir las situaciones y condiciones.
Si la energía se encuentra bloqueada, nos convertiremos en una de esas personas sumamente agresivas, que son “ganadoras en todo” y que no se preocupan por los demás. Esta particular vibración de la conciencia puede forzarnos a crear problemas a través de una pobre capacidad de juicio, y luego llevarnos a buscar soluciones por medio de la manipulación de las personas y de atajos reñidos con la ética. El resultado es una gran vulnerabilidad ante los problemas de tipo legal.
Para trabajar adecuadamente con este Ángel, debes ser completamente honesta en cuando a lo que realmente quieres en tu vida. ¿Cuáles son tus intenciones? Tú estás aquí, en un cuerpo físico, para ser una constructora, para trabajar inteligentemente con la energía y para despertar tus poderes latentes para ayudar a crear inmundo nuevo.
Comienza por tu pequeño círculo y luego expande tu visión y tu radio de acción para cooperar en el plan general para el planeta. Si sigues siendo sólo un ser humano lleno de miedos, no podrás cumplir eficazmente con esta tarea, pero sí puedes hacerlo por medio de la conciencia espiritual que ha estado creciendo y profundizándose desde el momento en que asumiste el compromiso de seguir un modo de vida espiritual. De modo que ahora tu propósito es hacer que los efectos que ha producido el ego en el mundo exterior sean reemplazados por las impresiones divinas del Yo Superior, a través del despertar del poder de tu palabra hablada.
Contempla todas las cosas que conforman tu mundo y mídelas de acuerdo con el modelo divino. Comienza con tu propio cuerpo – el primer “efecto” – y sigue adelante para poner en consonancia todas tus relaciones, tu trabajo, tu prosperidad, tu vida entera. Fíjate si encuentras plenitud, relaciones adecuadas, que has alcanzado una verdadera posición y si dispones de abundancia financiera. Si no es así, ponte ahora mismo a trabajar para revelar sólo la influencia divina, dejan-do de lado las imágenes inducidas por el miedo que provienen de tu naturaleza inferior.
No caigas en la trampa de pensar: “Bien, no estoy muy segura de si esto es lo que Dios quiere”. El Padre se complació mucho en brindarte el Reino, para que nunca te faltara nada y para que estuvieras eternamente colmada con la infinita Totalidad de Dios, no sólo en el plano de la conciencia, sino también en el mundo físico. Ahora, los únicos bienes que has perdido en tu vida son aquellos bienes que tú misma te has negado a aceptar. La voluntad de Dios con respecto a cada uno de los seres individuales es que tengan una vida de mayor abundancia en todos los pla-nos de su existencia, de modo que si no estás viviendo la vida para la que has sido creada, toma ahora mismo la decisión de retornar a la Tierra Prometida.
Comienza yendo hacia tu interior, hacia el Yo Superior al que conocemos como el gran YO SOY. Contempla y comunícate con esta expresión del Altísimo hasta que sientas que las vibracio-nes extáticas van llenando toda tu conciencia, luego, pide a la Presencia que te presente el Ángel de la Palabra Creativa. Pregúntale al Ángel qué puedes hacer para liberarlo de la esclavitud de tu ego. Escúchalo y haz todo lo que sea necesario, luego cuéntale a ese poderoso centro de poder todo lo que deseas cambiar en tu vida para colocarte en consonancia con la Divina Realidad, con todo aquello que ha aparecido en la visión superior de alegría, paz y abundancia, cuando te con-templa desde su perspectiva más elevada. Afirma que ya no tienes que conformarte con ser el “segundo mejor”, debido a que tu eres el Reino de Dios y deseas comenzar a vivir en y como ese Reino.
Ahora pídele al Ángel que despeje el pasaje a través de tus centros de energía, par que el poder de la palabra pueda concentrarse en el chakra de tu garganta. Siente el poder a medida que la energía se va concentrando y sabe que ya estás lista para asumir el control del mundo de los efectos del ego y de esa vida que se desenvuelve en un nivel inferior al del modelo. Exprésale tu gratitud por sus acciones que te han conferido ese poder, y, ahora, con tu poder intacto, vuelve a contemplar a tu Yo Superior, a la divina persona que tú eres.
Mientas continúas siendo la Presencia – sabiendo que ese YO está presente y que se man-tiene activo en tu interior -, comienza a observar tu mundo personal. ¿Qué ajustes necesitan realizarse para hacer que sus formas y sus condiciones se alineen con el modelo del Espíritu? Examina atentamente tu vida y establece cuáles son tus intenciones, sin experimentar ninguna clase d culpa por sentir que tu punto de vista es “egoísta”. Ese adjetivo significa codicioso, ávido, avaro y mise-rable, y esa clase de energía no existe en tu conciencia.
Recuerda que no es tu personalidad la encargada de hacer ese trabajo, sino que, simple-mente, ha de funcionar como un canal para que se manifiesten las energías divinas. Incluso la emi-sión de la Palabra Creativa es algo que se realiza desde la conciencia de la mente superior, utilizando el instrumento de las cuerdas vocales con las que está dotado tu sistema físico.
Para que todos tus pensamientos estén bien centrados y organizados para cuando emitas esa Palabra, ponlas por escrito. Escribe ahora mismo todo lo que deseas volver a fundir y remol-dear en tu mundo, desde la perspectiva de la visión superior y a partir de lo que, intuitivamente, sientes que es el gran plan de tu Sagrado Yo. En ese punto, tal vez pueda ofrecerte una pequeña ayuda el Ángel de la Palabra Creativa.
Se trabajará con aquellas cosas que “se mantienen ocultas”, o sea, todo aquello que tú has reprimido, las características de tu personalidad que has enterrado, algunas para que fermenten y crezcan y otras para que se debiliten y marchiten. Te introducirás en las cámaras subterráneas de la conciencia para que puedas examinar los defectos no corregidos, las cualidades que no habías aceptado y los remanentes del miedo y de la culpa que habías ido acumulando a lo largo de toda tu vida.
El liberar, limpiar, amar y aceptar te llevará varios días, pero finalmente podrás sentir que todo está despejado, y el Ángel te sugiere que pronuncies las siguientes palabras que están cargadas de profundas intenciones y de gran poder:
“Perdono el pasado y cierro la puerta.
Lo perdono todo y el resentimiento desaparece,
Me perdono a mí mismo y me siento en paz.
Me acepto a mí mismo y me siento libre.
Permito que el Fuego de la Santa Presencia
Conserve la pureza de las luces más pequeñas.
Permito que la naturaleza inferior encuentre
Apoyo para su redención”.
Luego examina cuidadosamente los aspectos superiores y más positivos de tu personalidad y que “los coloques en su lugar por medio de una invocación”. En las enseñanzas de la Sabiduría Intemporal, esa invocación está relacionada con la radiación – la emisión de energía por medio de la palabra hablada -. Pero la invocación es mucho más poderosa que una mera conversación, debido a que en su acción incluye la intención, la visualización y la proyección. Seguí las instrucciones del Ángel y reuní sobre el papel los atributos de tu personalidad que deseabas modificar y pronunciá las palabras con intenciones firmes, visualización controlada y poderosa proyección.
El paso siguiente que sugiere el Ángel es que contemples tu grado de conciencia espiritual del Verdadero Yo a través del ojo y las palabras de Jesús, para infundir mayores vibraciones de energía espiritual a la conciencia de la personalidad y para “colocarla en su lugar por medio de una invocación”.
FINALIDAD: Liberar la energía necesaria para hacer que la conciencia se eleve por encima de las creaciones erróneas e ingrese al reino de la Causa, donde la palabra hablada puede ser utilizada para corregir situaciones y resolver los problemas desde el punto de vista del bien común.
Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: vulnerabilidad ante los problemas legales; persona que crea problemas a través de sus juicios erróneos que busca soluciones por medio de la manipulación de los elementos tridimensionales.
Su energía resulta bloqueada debido a: la fijación de objetivos materiales y físicos como las prioridades que dominan la vida del individuo; una conciencia que “juega para ganar” basada en un comportamiento agresivo, sin ninguna preocupación por los demás.
BONDAD Y COMPASIÓN
La verdadera compasión nunca requiere de esfuerzos ni es forzada, y tampoco es planifica-da. Es una respuesta demostrada por personas que son libremente capaces de mostrar bondad y amor a toda la creación.
La compasión se produce de manera espontánea cuando tomamos conciencia de la conexión de la vida toda, internalizando el hecho de que a pesar de las diferencias de culturas, filosofías y razas, los seres humanos somos todos iguales. Si nos quitáramos la piel, básicamente todos luciríamos iguales. La fuerza impulsora de la vida que cada uno lleva en su interior nos dice que debemos ser felices y evitar el sufrimiento; compartimos esto con todos los seres humanos.
Nuestro Ángel debe ponerse en contacto con la verdadera esencia de la bondad y la compasión, debemos adoptar una política de bondad en nuestras propias vidas. Esto requiere sabiduría y un conocimiento exacto de lo que es la bondad. Quizás necesitemos cambiar o expandir nuestras propias ideas respecto de la bondad.
Algunos pensarán que son buenos cuando dan cosas materiales o cuando hacen algo por otras personas. Debemos mirar en lo profundo del corazón cuando damos; a veces, hay más bon-dad en no dar.
La bondad y la compasión no son cualidades intelectuales; requieren de la acción humana del mundo. Las buenas intenciones y creencias espirituales no valen de mucho hasta que no se las saca al mundo.
La bondad y la compasión verdaderas pueden transformar la oscuridad de la desesperanza en cualquier persona a la que lleguen. Un poquito de bondad llega muy lejos. Permite que un cam-po positivo de amor avance hacia el infinito.
¿Quién puede evaluar la sensación que tenemos cuando mostramos bondad y compasión para con otras personas? Es algo que no puede compararse.
LA HISTORIA DE ADÁN
La conciencia divina no es algo que podamos crear fuera de nuestro personal sentido del ser. No somos seres “desarmados” y repetimos en nosotros mismos la imagen de Dios. Ya somos esa imagen perfecta, de modo que nuestra función es la de crecer y llegar hasta nuestro Yo, y, a medida que vamos creciendo en nuestra conciencia, podemos, con nuestra visión interior, divisar una puerta que nos conduce al lugar secreto.
Esa puerta está situada dentro de nosotros y también se la ha comparado con el ojo de una aguja, debido que representa una abertura demasiado pequeña como para que nuestro hinchado ego pueda para por ella. Pero Jesús nos dijo cómo hacerlo: Despréndete de todo lo que poseas. Y, hasta el momento en que logremos hacerlo, la entrada estará bloqueada por nuera propia acumu-lación personal de “naturaleza humana”. Debemos “adelgazar” nuestra conciencia, lo cual significa transformarnos despojándonos de la pesadez del temor, la obesidad de la culpa, el sobrepeso de nuestros juicios y la gordura del orgullo.
Para comprender mejor este proceso, echemos una mirada a la historia de un hombre llamado Adán (que no tiene nada que ver con el personaje bíblico). Durante muchos años, Adán había seguido el camino espiritual, pero su viaje parecía desarrollarse fundamentalmente a través de una sucesión de valles. En su marcha encontraba muy pocas colinas dispersas y, desde allí, podía atisbar el Reino, pero, a pesar de su ardor y de sus maravillosas meditaciones, aún estaba esquivando las flechas de la vida tridimensional.
Un día, sin comprender que su viaje era un lento deslizarse hacia abajo, descubrió que se encontraba en un profundo barranco y, en ese momento, una flecha dio en el blanco. Luego otra. Y otra más. Las flechas no lo mataron, sólo lo hicieron sufrir. Una había sido disparada por el arco de la insuficiencia, otra por la cuerda de las promesas quebrantadas y la tercera por el aliento mortal del orgullo espiritual.
No era la primera vez que, en el transcurso de su vida espiritual, su vulnerabilidad había quedado al descubierto, pero, por lo que a él le tocaba, habría de ser la última. Se encontraba en una situación de ahora-o-nunca, y eligió la primera opción.
Se concentró en una profunda meditación y ascendió al plano superior, donde descubrió que estaba ante la estrecha abertura que conduce a la cuarta dimensión de la consciencia. Se detuvo ante la puerta y, en su meditación, pidió ayuda al Espíritu Santo para que fundiera toda la escoria.
Luego, penetró más profundamente en su mente y en su corazón para sacar a la luz todos los sentimientos de culpa que hubiera experimentado alguna vez y para arrojarlos al Fuego, y siguió haciéndolo hasta que el último vestigio de esa emoción insidiosa quedó convertido en cenizas. Ahora estaba libre de culpas, pero las flechas continuaban volando.
El siguiente paso fue detener el miedo, y cada una de las escenas enfermizas que su mente había producido, fue entregada al Amor de Dios para ser borradas y vueltas a escribir por la mano del Divino Pensador, por el mismo Dios. Finalmente, se sintió invulnerable, ya que todos los pre-sentimientos y aprensiones habían sido eliminados de su conciencia. Ahora estaba libre del miedo, pero las flechas continuaban volando.
Luego llamó en su auxilio a la Luz de los Recuerdos y meditó sobre la gloria y la grandeza del Yo Superior que él era en la Verdad, el Ser Sagrado de Dios. Lentamente, las amenazas tejidas por el ego comenzaron a devanarse en la Luz de la Presencia, y la idea de su identidad divina se fue imprimiendo en su conciencia. Pero las flechas continuaban volando.
Entonces, un día, quizás impulsado por la desesperación, trató de pasar a la fuerza a través de la abertura, pero resultó imposible. Cayó de rodillas y gritó: “¿Qué más tengo que hacer?. Y la Voz dijo…
“Ama al último de los hombres como amas a tu Sagrado YO, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, porque la individualidad no puede dividirse. Este es mi manda-miento, y tras él hay otro: Confía tu mente a Dios. Entrega tu espíritu al Ser Sagrado que hay en ti, y la crucifixión ha de terminar.”
Adán obedeció y rebuscó en su mente para encontrar a aquellos a los que consideraba menos importantes o que tenían mejor nivel de conciencia, a aquellos a los que le había resultado difícil perdonar, a aquellos que lo habían atacado en el pasado, a todos cuantos había juzgado y considerado que vivían en las tinieblas y que no desarrollaban todo su potencial, incluso a aquellos que, aparentemente poseían una naturaleza bestial y que estaban haciendo estragos en el planeta Tierra.
Comenzó a amarlos a todos con la intensa adoración que antes había reservado sólo para el Sagrado Yo que moraba en su interior, y, muy pronto, sintió que estaba vinculado con todas las almas y la sensación de separación y aislamiento se disolvió en la totalidad.
Ahora estaba listo para el último acto. Imaginando vívidamente que estaba clavado en la cruz del mundo tridimensional, sostenido pro los clavos de las creencias humanas que se incrustaban profundamente en las cámaras inconscientes de la mente, se preparó para afrontar el momen-to de la transición. Comenzó a desprenderse de todo cuanto lo había poseído en este mundo, y de todo lo que él mismo había poseído, incluyendo toda la Verdad que creía y conocía.
Haciendo un inventario completo de su vida – el pasado, el presente y el futuro, lo bueno, lo malo y lo que le resultaba indiferente – comenzó a entregarlo todo, incluso a aquellos cuyo amor había apreciado con todo su aliento. Después de haberse liberado de cada persona, de cada lugar y de cada cosa del mundo fenoménico, llegó el momento del compromiso final.
En cuestión de segundos reunió toda la energía, toda la fuerza y todo el poder que pudo hallar en su conciencia, y luego pronunció estas místicas palabras de liberación total: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Estaba hecho y Adán, en su visión, pudo ver cómo la cruz se desvanecía instantáneamente y cómo el muro de separación se rajaba en dos, desde la cima hasta el pie. Entonces, caminó, entrando en la Luz… y allí no había flechas. Sólo lo rodeaba un profundo silencio.
Hay una diferencia entre el viejo Adán y el nuevo. Antes, todas las cosas dependías de su propia comprensión de la Verdad, de los pensamientos correctos que había retenido su conciencia para ser proyectados al exterior. Aún cuando sentía la Presencia en él, aún creía que tenía la responsabilidad de trabajar por su propia salvación, de descubrir la Verdad que lo liberaría de los pro-blemas que percibía en su mundo personal. Siempre estaba buscando la llave perdida que abriría las puertas del depósito del Padre, donde se guardaban todos los bienes.
Pero ahora se había producido un cambio, tanto en su mente como en su corazón. Por medio de su entrega final, Adán había puesto su conciencia bajo el dominio y la autoridad del Yo Sagrado que moraba en él, de ese centro de Poder que encarnaba la Voluntad de Dios, la Visión de Cristo y la Actividad Creativa del Espíritu. Ahora la presencia de Dios podía pensar, sentir y actuar a través de él, y Adán comenzó a comprender que la Voluntad de Dios ya estaba hecha, que la había visto en la mente del Divino Yo y que estaba cumpliéndose y manifestándose a través de la expresión del Espíritu. Su función, ahora, era simplemente la de ser alguien que vive en consonan-cia con el Proceso Divino.
Pero el nuevo modo de vida de Adán – como un ser espiritual no significaba que debía retirarse de la vida, pues su existencia incluía el funcionamiento de un cuerpo físico en el seno de un mundo material. Aunque la responsabilidad por las actividades que habría de desarrollar en el mundo ya no fuera suya, su verdadero trabajo de vivir en la Luz recién había comenzado. Rápidamente aprendió que no debía tomar decisiones o hacer planes, y que no debía involucrarse emocionalmente con nada de lo que ocurriera a su alrededor, particularmente con aquellas situaciones que parecían ser necesidades apremiantes. Debía, simplemente, comprender que la Voluntad de Dios ya estaba cumplida y que la visión de esa Voluntad estaba siendo expresada.
Se la había dicho que, siendo un espectador del trabajo de Dios, viendo cómo cada una de las necesidades que surgían de su vida eran fácil y rápidamente satisfechas, y sabiendo que todo era pleno y perfecto en su vida, cooperaría con las ideas del Gran Pensador que se manifestaban por su intermedio.
Sus instrucciones consistían, también en hablar menos y relajarse más, en estar amorosamente desapegado y, por sobre todo, en practicar la inocencia en todo momento. De igual importancia se le dijo, era vivir la identidad del Yo Divino y todo lo que representaba el YO SOY – es decir, identificarse con la totalidad, la abundancia y la plenitud en todas las áreas de su vida – y hacerlo con alegría, agradecimiento, entusiasmo e imaginación.
En el proceso de ir dejando que la Presencia viviera, se moviera y expresara su ser en y por su intermedio, Adán comprendió que debía seguir tomando decisiones, formulando planes y poniéndolos en práctica, pero ahora había adquirido la naturaleza de la espontaneidad y sabía que estaba siendo usado como un vehículo de la acción mental que ocurría en el nivel superior de su ser.
Podía sentir el poder que se movía a través de él y sentía las palabras de autoridad emanando desde las profundidades de su ser, palabras que estaban reorganizando su mundo sin nece-sidad de apelar a su pensamiento consciente. Era como si las fuerzas cósmicas del Universo estuvieran zumbando, palpitando y expresándose a través de su campo de energía. Pero también com-prendió que no se trataba de la actividad de su personalidad, y esta comprensión lo protegía del riesgo de asumir cualquier tipo de actitud condescendiente y egoísta, es decir de los rasgos que, pro lo general, acompañan a la sensación de poder personal.
Al desprenderse de lo inferior y ascender hacia lo superior, el Ángel del Poder y la Autoridad ha quedado en libertad de acción. El Poder y la Autoridad divinos no pueden operar a través de una conciencia atascada en las energías tridimensionales, pero sin esa Fuerza Causal no tenemos ninguna clase de dominio para lograr que nuestros mundos individuales resuciten luego de la tarea de destrucción a que los ha sometido el ego.
Cuando llegamos al punto de concretar nuestra entrega final y de asumir el compromiso último, la puerta que cierra la entrada a la cuarta dimensión de l conciencia desaparece e ingresamos en nuestro legítimo y verdadero hogar en la Tierra. Y, en ese momento, la puerta del Poder, repre-sentada por este Ángel, queda completamente abierta y nuestro Dios-Yo encuentra un canal, com-pletamente despejado, a través del cual puede renovar todas las cosas.
PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 37
INVOCAR A LOS ÁNGELES POR OTRA PERSONA
Una vez que has contactado con tus Ángeles, puedes abrirte para recibir mensajes para otras personas. Puedes hacerlo con amigos que también hayan aprendido a conversar con sus Án-geles, siempre que ellos consulten a los Ángeles por ti al mismo tiempo. O puedes hacerlo sola.. ¡pero sólo por petición de otra persona!.
Para este proceso debes estar cimentada, liberada y alineada. Ten a mano libreta de anotaciones y birome.
1) Siéntate en silencio, con los ojos cerrados, a una distancia de entre 15 y 25 cm de tu compañero
2) Invoca a tu Ángel y la presencia del Ángel de tu amigo. Pide a estos Ángeles que permanezcan contigo mientras te abres para recibir información que sirva al mayor bien de todos.
3) Haz surgir una imagen o una sensación de tu Ángel. Recibe de buen grado lo que surja, como manifestación de la presencia angelical.
4) Ahora permite que surja una imagen del Ángel de tu amigo.
5) Visualiza a los Ángeles interactuando con el ojo de tu mente. Imagina que se saludan. ¿cómo lo hacen? ¿Se estrechan la mano? ¿Agitan las alas? ¿Danzan? ¿Realizan una referencia formal?
6) Pon la imagen de los Ángeles en tu chakra del corazón. Retenla allí algunos instantes hasta que comiences a experimentar calor en el corazón y sientas la presencia de los Ángeles.
7) Ahora pon la imagen de los Ángeles en tu tercer ojo y retenla también allí.
8) Cuando el corazón y el tercer ojo se llenen con la energía de los Ángeles, abre los ojos y escribe la pregunta. Cierra los ojos y repite la pregunta para tus adentros imaginando que las palabras están escritas en tu corazón y en el tercer ojo.
9) Cuando comiences a oír palabras o a recibir impresiones, abre los ojos y anota lo que estás recibiendo.
10) Cuando las palabras cesen, no olvides dar las gracias a ambos Ángeles.
Dedica algunos instantes a apreciar la energía que te rodea. Luego lee lo que has escrito. Si el tono de la transmisión es afectuoso y está lleno de aceptación, si no da consejos específicos, sino suave orientación, y si crees que a ti te reconfortaría recibir ese mensaje, compártelo con tu amigo. Si su tono es de regaño o de amenaza, si insta a actuar de modo especifico, es muy proba-ble que tu mente se haya interpuesto. Deséchalo y pide otro mensaje. Los Ángeles no dan órdenes: nos alientan a utilizar nuestras propias facultades de mente, corazón y espíritu, y a tomar decisiones por cuenta propia.
Puedes hacer también este ejercicio cuando el amigo no está presente, siempre que él te haya pedido que lo hagas. Simplemente comienza con el paso 2), después de hacer la Cimentación, la Liberación y el Alineamiento. Muchas personas descubren que, cuando comienzan a conversar con sus Ángeles, es aún más fácil obtener información para otros. Esto se debe a que no tienes un interés personal en la respuesta. La neutralidad siempre brinda claridad.
Si quieres información sobre tus relaciones con otra persona y no tienes su acuerdo, consulta con tu guardián personal y con el Ángel vinculador de tu relación.
Para este proceso debes estar cimentada, liberada y alineada. Ten a mano libreta de anotaciones y birome.
1) Siéntate en silencio, con los ojos cerrados, a una distancia de entre 15 y 25 cm de tu compañero
2) Invoca a tu Ángel y la presencia del Ángel de tu amigo. Pide a estos Ángeles que permanezcan contigo mientras te abres para recibir información que sirva al mayor bien de todos.
3) Haz surgir una imagen o una sensación de tu Ángel. Recibe de buen grado lo que surja, como manifestación de la presencia angelical.
4) Ahora permite que surja una imagen del Ángel de tu amigo.
5) Visualiza a los Ángeles interactuando con el ojo de tu mente. Imagina que se saludan. ¿cómo lo hacen? ¿Se estrechan la mano? ¿Agitan las alas? ¿Danzan? ¿Realizan una referencia formal?
6) Pon la imagen de los Ángeles en tu chakra del corazón. Retenla allí algunos instantes hasta que comiences a experimentar calor en el corazón y sientas la presencia de los Ángeles.
7) Ahora pon la imagen de los Ángeles en tu tercer ojo y retenla también allí.
8) Cuando el corazón y el tercer ojo se llenen con la energía de los Ángeles, abre los ojos y escribe la pregunta. Cierra los ojos y repite la pregunta para tus adentros imaginando que las palabras están escritas en tu corazón y en el tercer ojo.
9) Cuando comiences a oír palabras o a recibir impresiones, abre los ojos y anota lo que estás recibiendo.
10) Cuando las palabras cesen, no olvides dar las gracias a ambos Ángeles.
Dedica algunos instantes a apreciar la energía que te rodea. Luego lee lo que has escrito. Si el tono de la transmisión es afectuoso y está lleno de aceptación, si no da consejos específicos, sino suave orientación, y si crees que a ti te reconfortaría recibir ese mensaje, compártelo con tu amigo. Si su tono es de regaño o de amenaza, si insta a actuar de modo especifico, es muy proba-ble que tu mente se haya interpuesto. Deséchalo y pide otro mensaje. Los Ángeles no dan órdenes: nos alientan a utilizar nuestras propias facultades de mente, corazón y espíritu, y a tomar decisiones por cuenta propia.
Puedes hacer también este ejercicio cuando el amigo no está presente, siempre que él te haya pedido que lo hagas. Simplemente comienza con el paso 2), después de hacer la Cimentación, la Liberación y el Alineamiento. Muchas personas descubren que, cuando comienzan a conversar con sus Ángeles, es aún más fácil obtener información para otros. Esto se debe a que no tienes un interés personal en la respuesta. La neutralidad siempre brinda claridad.
Si quieres información sobre tus relaciones con otra persona y no tienes su acuerdo, consulta con tu guardián personal y con el Ángel vinculador de tu relación.
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