CURSO DE ANGELES
LECCION. 47
Dictado por Alexiis
Publicado por María Elena Syro P
EL ÁNGEL DEL ÉXITO
LECCION. 47
Dictado por Alexiis
Publicado por María Elena Syro P
EL ÁNGEL DEL ÉXITO
El Diccionario Webster define la palabra éxito como “un resultado o una consecuencia favorable o satisfactorio… satisfacción, logro, cumplimiento”. Las enseñanzas de la Sabiduría Intemporal nos dicen que el éxito es un orden natural, que estamos en este mundo, en forma física, para alcanzar la supremacía sobre el mundo manifiesto, para triunfar sobre todas las cosas que se consideran opuestas al éxito: el fracaso, las carencias, las limitaciones, las caídas, los conflictos, loa hostilidad y la enfermedad. Si todo esto es verdad, ¿por qué las escrituras religiosas y filosóficas están llenas de advertencias acerca del éxito? ¿Por qué dicen que arroja un velo sobe los malos deseos, que el éxito está lleno de promesas hasta que lo alcanzamos y que luego ha de suscitar nuestro orgullo para traicionarnos y hacer que nos envanezcamos como tontos?
La respuesta es que existen dos modelos de éxito – el humano y el divino, el profano y el sagrado -. Y esto es así debido a que la Ley del Éxito es en realidad la Ley de la Causa y el Efecto, una espada de dos filos que puede ser usada tanto para acarrear penurias como para lograr recompensas. Siempre cosechamos lo que hemos sembrado. Esta es la razón por la cual el Único Sabio nos ha recordado que la clave de todos los éxitos consiste en reconocer que la personalidad es sólo un canal a través del cual el poder y la fuerza de éxito encuentran una forma de manifestarse en el mundo fenoménico.
Antes de seguir adelante, redefinamos el término éxito: El éxito es el orden natural del Universo, el cual ha sido completamente ordenado pro Dios como una fuerza del bien apta para hacer que los efectos de este mundo sean reemplazados por la divina Realidad – para transformar el fracaso en satisfacción, la carencia en abundancia, la enfermedad en plenitud y la discordia en armonía, como el Poder que se manifiesta a través nuestro para alcanzar la satisfacción y los logros de acuerdo con la Ley del Ser.
Y, ¿cuál es la Ley del Ser? Es la conciencia. Todo lo que existe en nuestras vidas y en nuestros mundos individuales está basado en el tono, la resonancia, la estructura y la vibración de la conciencia. Los más brillantes éxitos en todas las áreas de la vida son ahora nuestros, debido a que Dios ya ha satisfecho todas nuestras posibles necesidades otorgándonos el Reino ya terminado, en el que, por supuesto, está incluida la Energía del Éxito. Este Reino, esta energía, sólo existe ahora en la conciencia y nuestra función consiste en liberar ese éxito que ya está fluyendo por los circuitos divinos, peor que, de alguna manera, ha sido perjudicado por la ignorancia y las falsas creencias.
Como ocurre con todos los otros tesoros de la vida, para alcanzar el éxito no debemos tratar de manipular los efectos, sino que sólo debemos buscar la forma de eliminar los obstáculos que bloquean la conciencia.
¿Cuán exitosa eres? Hazte a ti misma esta pregunta: ¿Qué significa para mí el éxito en esta coyuntura de mi vida, y qué apariencia debería tener el mundo si todas las cosas en mi vida fueran exitosas?”. Crea esa personal visión ideal de lo que constituye el éxito tal como tu puedes concebirlo en tu mente. Examina tu estilo de vida, tu trabajo, tu entorno, tus relaciones, tus finanzas. Trata de sentir la forma en que el éxito ser vería realmente y relaciónalo específicamente con vos.
Ahora considera la forma en que has estado viviendo. Retrocede unos pocos años y avanza paso a paso hasta el día de hoy. Examina las tendencias generales de tu vida y el grado de satisfacción que has alcanzado durante esos años y, rápidamente, compara lo que estás viendo en el mundo objetivo con la visión ideal del éxito que tienes en tu mente. Sobe una escala de 1 a 10 (10 representa el nivel superior), califica el actual nivel de éxito que has obtenido en las áreas de tu vida que hemos mencionado más arriba, y también en cualquier otra categoría que te venga a la mente.
Simplemente, establece un promedio entre los diversos aspectos de tu vida, sin detenerte demasiado en ninguno de ellos. Divide el total de las cifras por el número de áreas o categorías que has examinado. Una vez que has logrado obtener la cifra promedio – que representa en general el índice de cuán exitoso te sientes en tu vida -, considera todo lo que necesitas hacer de ahora en adelante. Por ejemplo, si has obtenido un cociente general de éxito de 7, eso quiere decir que sólo necesitas cambiar un 30 por ciento de tu vida. Si ese conciente fuera de 5, necesitarías refundir y modelar el 50 por ciento de tu vida.
Es importante estar preparada para dejar de lado todo aquello que uno desea en la vida y para aceptar lo que realmente desea. Recuerda que has llegado hasta tu actual encarnación para ser una constructora, a pesar de que muchas personas no construyen exitosamente sus vidas debido a que temen que eso ha de retardar su evolución espiritual o al miedo de hacer algo que Dios no desea que hagan. Algunas personas llegan incluso a sentirse culpables por ser felices, porque su vida está llena de abundancia o de dinero, o por tener más salud que la que otros parecen tener.
Si tú tienes en mente esa clase de pensamientos, retrocede hasta lo que es esencial, y recuerda que Dios ha creado un reino en el que no falta nada. En ese reino ha incluido todo aquello que puedas necesitar para vivir gloriosamente, tanto en tu conciencia como en la forma física que ha encarnado en el plano tridimensional. Recuerda también que ese reino ya nos ha sido dado a cada uno de nosotros. Como ya he dicho anteriormente, lo tenemos todo y lo tenemos ahora.
También sabemos que Dios no está directamente involucrado con los efectos de este mundo, sino que es nuestra conciencia de cualquier cosa que reconozcamos y aceptemos en el gran Depósito la que se proyecta y se manifiesta como forma física y experiencia. Y que, mientras mayor sea la vibración de aceptación que resuene en nuestra conciencia, mayor será la forma y la experiencia, debido a que en el Reino no existen grados de salud, de riqueza y de éxito. Allí sólo existe el flujo infinito de la totalidad y somos nosotros los que – midiendo de acuerdo con los patrones de nuestra conciencia – ponemos límites al Gran Ilimitado. ¿Cómo alcanzar el nivel del 100 por ciento? Trabajando en íntima relación con el Ángel del Éxito.
En algunos de los antiguos colegios de Misterios, el Ángel que representa la Energía del Éxito en el campo aúrico de cada individuo era llamado Kronos, un ser que destruía las limitaciones aparentes del tiempo del mundo tridimensional, para revelar en el momento presente la Divina Realidad de la satisfacción y la plenitud. En otras academias sagradas, este Poder Causal era conocido por el nombre de Saturno – el repartidor de los dones y el dador de recompensas de acuerdo con el principio de sembrar y cosechar.
Los místicos hindúes llaman a este Ángel Shiva, que significa “el bondadoso” – un ser que destruye lo que ha creado la naturaleza inferior y restaura las visiones de la naturaleza superior, para que el individuo pueda tener una vida más plena.
En las escuelas, los maestros que asumían el rol de este Ángel basaban algunas veces su enseñanza en cuatro lecciones básicas que conducían a la iniciación:
1) El ideal superior del aspirante.
2) El éxito ya existente del aspirante.
3) El nivel de servicio que el aspirante prestaba a los otros.
4) El fracaso como un importante componente del éxito.
El ideal que el aspirante tendría que llevar en su mente, representaría un objetivo grandioso y altruista que debería ser alcanzado durante la vida del individuo. El estudiante crearía en su mente una idea que se ajustara a su visión más inspirada de la satisfacción y la plenitud y, por medio de una amorosa contemplación, la iría nutriendo hasta convertirla en un objetivo óptimo.
El propósito general de su vida podía concentrarse en la música, la literatura, la escultura, la arquitectura, o en resolver de nuevas maneras los desafíos representados por los problemas humanos, pero la adquisición de bienes materiales no estaba incluida en ese objetivo fundamental. La comodidad física y la prosperidad se consideraban “cosas que venían por añadidura”, es decir que llegarían a partir de la apropiada ejecución del plan superior.
El maestro recalcaba continuamente que todos los logros y realizaciones entrevistos mentalmente en las cámaras de la imaginación, representaban de verdad de lo que el estudiante ya era y ya poseía como algo inherente a sí mismo. En otras palabras, los ideales superiores concebidos en la mente eran reconocidos como realidades que ya existían como parte de la identidad del Yo, pues el Yo es la sustancia de todas las formas y experiencias.
Nosotros, también, debemos llegar a asociar todo lo que deseamos en el plano físico con aquello que ya existe en el mundo invisible, formando parte de nuestro YO SOY.
El servicio era considerado en forma similar a la de nuestros días -”¿Cómo puedo hacer para contribuir mejor con este mundo?” -. A través de este deseo de dar a los otros, como una forma de cumplir con el propósito de nuestra vida, nuestros ideales adquieren mayor claridad y atraemos hacia nosotros los recursos que necesitamos para poner en acción nuestro plan.
En cuanto a lo que concierne al fracaso, el maestro tibetano Djwhal Khul dice que el fracaso no existe, que “lo que existe es sólo una pérdida de tiempo”. Pero Djwhal Khul también se hace eco de las viejas enseñanzas cuando dice que “aprendemos por medio del fracaso… y una lección aprendida por medio del fracaso actúa como una salvaguarda para nuestras acciones futuras. De ese modo nos lleva hacia un rápido crecimiento. deberíamos reconocer al fracaso – si es que existe -, para entonces, con el rostro elevado hacia la luz y una sonrisa dibujada en los labios, volver la espalda a eses fracaso y continuar marchando equilibradamente hacia delante. La única excusa aceptable está basada en el fracaso para aprender lecciones de ese fracaso”.
En el tarot, este poder es simbolizado por el Mundo, una carta que significa la realización final y exitosa de toda clase de materia. Representa la plenitud, el cumplimiento, la suma total de la creación. “Nos muestra que la danza de la vida se ejecuta por medio de la construcción de las formas y la solidificación el poder que nos va otorgando una mayor definición. Ese poder es el que nos capacita para evaluar y para conocer con exactitud y precisión”.
Esa “mayor definición” y esa “exactitud” también pueden relacionarse con la estructura, que es uno de los atributos simbolizados por Saturno. La energía astrológica de Saturno – utilizada por este Ángel – rompe las condiciones existentes mediante la fuerza de su energía de impacto, para que los ideales superiores puedan ser percibidos intuitivamente.
Si te acuerdas, el Ángel Discernimiento está considerado un arquetipo de la Liberación de la deuda Kármica. Y ¿quién emite las órdenes para que esas cuentas sean pagadas? Ni más ni menos, que la energía de Saturno, al que también se conoce como el Señor del Karma, el único que supervisa el cumplimiento de la Ley de Causa y Efecto, el que asegura la conservación del perfecto equilibrio y nos obliga a prepararnos para el futuro.
En un contacto con el Ángel del Éxito el mismo manifestó:
“Piensa de otra manera en el tema del gobierno. Piensa en ti como en un gobernante, alguien que tiene autoridad. YO SOY la Energía de la Causa y el Efecto. ¿Debes gobernar como Causa o ser un sirviente del Efecto? YO SOY la Ley. Por eso me temen. No han sabido hacerse cargo del trono del poder y la autoridad y ahora son las víctimas de un trono rechazado y están sujetos a una vida de esclavitud. Esa es la razón de que teman a Dios. Dios – la Ley Todopoderosa – no puede ser cambiado, pero con comprensión de la Ley, el miedo se transforma en éxito. El poder y la autoridad activan la abundancia para forma la sustancia de la fe a través de la Energía del Amor. El Reino debe ser gobernado, o de lo contrario ha de sumirse en la pobreza y la decadencia.
“Yo sé cómo trabaja la Ley. YO SOY el Señor del karma. Bailo al compás de la música de la conciencia demostrando infaliblemente el poder creativo de la sinfonía que tú estás dirigiendo. Soy el productor de la obra que tú estás dirigiendo. Comedia, drama, misterio, horror. Tú escribe el guión y yo lo produzco.
“El temor a Dios es miedo a tu propia expresión creativa. Yo podría meterte en problemas, pero tú no podrías hacer nada para impedirlo. Mi energía también actúa sobre eso, de modo que en ese estado de conciencia podrías llegar a temer a Dios. Pero tú eres Dios, tú eres quien gobierna tu mundo de experiencia – y un gobernante atemorizado vive en un reino espantoso -. Un gobernante exitoso desempeña su tarea con amor, comprensión, poder y autoridad que rige un reino de belleza, abundancia y paz.
“Elige entre ser gobernado por la Ley o gobernar con la Ley. El verbo se ha hecho carne. ¿Qué es lo que quieres ver hecho carne?”
Es interesante destacar que en el Libro de Josué (1:7-8) se nos dice que podemos alcanzar gran éxito por medio de tres acciones: a) ser firmes, b) tener valor y c) meditar noche y día en la Ley. Esto significa que debemos tener propósitos firmes, ser audaces e intrépidos y tener permanentemente en cuenta la Ley de la Causa y el Efecto – el principio del karma -, que afirma que no puede emplearse ninguna clase de fuerza, mediante el pensamiento, la palabra o los actos, que no produzca el correspondiente efecto.
La energía de Saturno que utiliza el Ángel del Éxito también has ido llamada la Energía de la Oportunidad, y provoca la destrucción de todas aquellas cosas que obstaculizan la expresión de los ideales superiores del individuo. Nos brinda la oportunidad de elegir – de aceptar – nuestro bien superior y de rechazar lo viejo y, con este rechazo, lo viejo desaparece, es “destruido” en sentido figurado. Con sus poderes de irradiación y de atracción nos ayuda a determinar nuestro “verdadero lugar”, a través de la comprensión de la estructura y de la capacidad de ser ingeniosos, prácticos y responsables. La energía nos proporciona disciplina, espíritu de cooperación, buena capacidad de razonamiento y un fuerte sentido del honor y la integridad.
Cuando la energía de este Ángel se encuentra bloqueada, el individuo carece de inspiración. Experimenta un pobre concepto de su propio valor, sentimientos de inferioridad y la sensación de que está siendo dominado por los demás – también experimenta muchos fracasos en las diversas áreas y actividades de su vida. Debido a que el éxito es algo natural, cuando se consigue anular las proyecciones del ego, eso significa que en el divino esquema de las cosas, ya no puede haber esperanzas, deseos o sueños que no hayan sido cumplidos o satisfechos en los planos interiores de la conciencia.
Haz contacto con este Ángel y pregúntale cuáles son las cosas que tú estás haciendo y que están limitando tu propio éxito. Deja que te muestre cuales son tus falsas creencias que pueden estar bloqueando el flujo de tus energías. Y, con su ayuda, también podrías llegar a comprobar tu naturaleza intuitiva, afirmando que “intuitivamente, siento que las siguientes percepciones erróneas de mi conciencia están limitando las posibilidades de alcanzar el éxito en mi vida”, y escribe todo lo que sientas. Examina todos tus patones erróneos, tus temores, tus sentimientos de culpa. Proponte desprenderte de todos ellos y luego entrégalos al Fuego Sagrado del Yo Superior.
Finalidad: Proveernos la energía necesaria para ser realmente exitosos en nuestro “verdadero campo de acción” – la energía para dominar las situaciones por medio del autoconocimiento.
Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: apatía, letargo, falta de inspiración, holgazanería.
Su energía resulta bloqueada debido a: al sensación de inferioridad y de ser dominado por los otros; un bajo sentido del propio valor.
TRABAJOS GRUPALES
Dos o más personas, al trabajar juntas, aumentan la energía que se puede aplicar a un problema o situación. Agrega los Ángeles y podrás tener una combinación lo bastante potente como para crear milagros. Te voy a suministrar ejercicios y ejemplos de cómo las alianzas angélicas pueden contribuir a la transformación y a la curación de nosotros mismos y de nuestro mundo.
Los Ángeles dice que ciertas radiaciones, emanaciones de desperdicios nucleares y algunos de los grandes contaminantes planetarios son especialmente propicios a la transformación por formas de alquimia espiritual. Una de estas técnicas espirituales es la visualización guiada, que se puede ampliar notablemente convocando a los Ángeles para que añadan sus considerables energías.
Un verdadero ejemplo de uno de esos aparentes milagros en acción pasó en 1984, cuando un estudiante, poco después de haber comenzado a trabajar intensamente con los Ángeles en proyectos globales, recibió a mediados del mes de diciembre noticias de un carácter extraño y aterrorizante. Las fechas eran muy importantes porque todo el asunto tienen un flanco muy exacto. Al parecer, en Francia había un hombre, ateo devoto, que había estado recibiendo en sueños la visita de su madre, fallecida recientemente.
La mujer, que había muerto pocas semanas antes, según creo, le informaba con insistencia que iba a producirse una fisión en el reactor atómico de Cape de la Haya. Y daba fechas exactas: entre el 16 y el 18 de enero de 1984. Las visitas nocturnas se tornaron tan acuciantes y perturbadoras que el hombre comenzó a hablar del caso con algunas personas. Desde luego, sus advertencias fueron extensamente desechadas, sobre todo por los mismos que tenían la responsabilidad y habrían podido hacer algo al respecto; el círculo científico.
Por suerte, entre los que se enteraron hubo una mujer vinculada con algunas personas que se tomaban esas situaciones muy en serio: gente que creía en lo sueños. El estudiante que comentó esto se hallaba en Gran Bretaña, pasando un tiempo en Glastonbury, que por allí se conoce como el chakra del corazón de Inglaterra. Es un sitio muy poderoso y sagrado, con una vigorosa comunidad espiritual.
La noticia llegó a la comunidad espiritual de Glastonbury, Inglaterra. Pronto se descubrió por qué. Tal como el cuerpo humano tiene líneas energéticas llamadas meridianos, que fluyen a través de él, también las tiene nuestro planeta. Los grandes meridianos de energía que se entrecruzan en la faz de nuestro planeta se llaman “líneas ley”. Glastonbury se alza justamente en una de estas líneas principales, que corre a lo largo de toda Francia, cruzando el canal de la Mancha y, siempre con rumbo norte, hacia el interior de Inglaterra. Sucedía que la planta de energía atómica de Cape de la Haya estaba situada exactamente en esa línea. Nadie sabía exactamente qué significaba eso, pero causaba malos presentimientos.
Hubo conciliábulos y meditaciones. Se solicitó ayuda a Ángeles y guías y se trazó un plan de acción. Varios individuos fueron enviados a enterrar cristales de cuarzo en puntos clave a lo largo de la línea en la que estaba el reactor.
Llegado el día predicho, la gente formó grupos pequeños para sentarse a meditar profundamente, concentrando el deseo de su corazón en guiar las energías atómicas y transformarlas con la ayuda de nuestros Ángeles en emanaciones positivas de curación.
¿El resultado? Un tremendo impulso de energía armonizadora y regenerativa fue entregada en sitios significativos de poder espiritual. Entre los participantes, la sensación de poder, por fin, hacer algo práctico para devolver la armonía y el equilibrio a nuestro planeta, y el informe de un niño de ocho años que vio, suspendidos por encima de la famosa Glastonbury Tor, una colina próxima a la Catedral de Glastonbury, un pequeño grupo de discos voladores de brillo refulgente, exactamente a la hora de la máxima energía.
¿Resultó? ¿Fue todo obra de nuestra imaginación? Las autoridades atómicas de Francia, ¿tuvieron algo que decir? Pues bien: el reactor no se fundió en enero de 1984. quienes tengan oídos, que oigan.
Cuando cualquiera de nosotros echa un buen vistazo al estado al que hemos llegado en este planeta, tiende a sentirse abrumado por la increíble complejidad e interdependencia de todos los factores que deben ser tenidos en cuenta en una transformación global. Se explica que parezca tan imposible concebirla… o alcanzarla.
Todo parece ligarse irrevocablemente con todo lo demás. En el Golfo de México mueren los delfines por los efluentes de las fábricas norteamericanas. Los agujeros en las capas polares de ozono se abren y se cierran según el desodorante que utilicemos. Las selvas que se queman en Brasil afectan a la calidad del aire de Boston. El deseo de consumir afrodisíacos en el Extremo Oriente aniquila a los últimos rinocerontes del África. La lista es interminable y crece diariamente. Todo parece demasiado complejo para las soluciones simples.
¿O no? ¿Es posible que tengamos ante nosotros algo simplísimo… y a fuerza de buscar no logremos verlo?
La respuesta es simple, sí. Consiste en el cuidado humano. La capacidad de interesarse y preocuparse por la situación ajena. Y como tantas otras cosas, la caridad bien entendida comienza en casa… con nosotros mismos. Si no nos ocupamos de nosotros mismos, ¿Cómo podemos ocuparnos de otras cosas u otras personas?
Si cada uno de nosotros se preocupara por lo que es y por su verdadero propósito en la vida, si cada uno se ocupara de los demás, de la vida en todas sus formas, de las aguas, el aire, las grandes selvas y los animales, todo lo demás se daría naturalmente.
Todos sabemos lo que significa interesarse. Lo sabemos porque nos gusta que los demás se interesen por nosotros. Pero nos dejamos inducir al olvido del interés. Dejamos que el miedo nos aturda y entontezca. Y es el miedo lo que ahuyenta el interés; el miedo y la ignorancia.
Pero cada uno de nosotros puede revertir esa tendencia en sí mismo. En cualquier momento, en cualquier estado de ánimo, podemos comenzar por interesarnos por lo que tenemos aquí mismo, bajo las narices. Si cada uno de nosotros lo hace y persevera, este sencillo acto creará una oleada de interés que provocará en verdad, la transformación global que todos deseamos ver con todo nuestro corazón. Cuando cada uno de nosotros recuerde hacer lo suyo con más atención y hacer más de lo que nos interesa, de lo que más amamos, entonces la diferencia será inmensa y maravillosa; la sentiremos inmediatamente; primero, cada uno de manera individual; luego, todos nosotros juntos.
Puedes decir: “Sí, la solución es simple. Pero ¿cómo se hace? ¿Cómo aprenderemos a interesarnos? ¿Cómo nos acordaremos de interesarnos, si en toda nuestra historia nadie se ha cuidado del prójimo?
La respuesta a esa pregunta también es simple. Es la manera angelical. Cuando nos abrimos a los Ángeles nos abrimos a una fuente de amor que es infinita en su abundancia. Y después de todo ¿no es amor lo que estamos buscando?
Los Ángeles tienen dos maneras de trabajar con nosotros en la curación y la transformación globales. La primera es mediante la información directa, compartiendo con nosotros el conocimiento que nos pondrá a todos en el siguiente paso de la tecnología, cultura y conciencia. Esto ocurre cada vez que nos abrimos a nuestros Ángeles y dialogamos con ellos. La segunda manera es compartir su energía; al hacerlo, los humanos avanzamos hacia una conciencia colectiva; nos convertimos en un solo corazón, una sola mente.
Los Ángeles son seres colectivos, al tiempo que son muy individuales. Desde hace siglos, los humanos luchamos para equilibrar nuestra individualidad con nuestra naturaleza colectiva. En casi todas las culturas, el individuo ha sido incluido en lo colectivo, pero en las últimas centurias hemos visto un creciente interés pro el yo, a veces en oposición a la comunidad y, a veces, a expensas de ella, sea ésta la familia, la ciudad o la nación.
Cuando alternamos con los Ángeles, cada vez que absorbemos su energía, recibimos por ósmosis parte de su capacidad de ser exactamente quienes son, en armonía con el todo, en armonía con Todo lo Que ES.
Los participantes en una reunión con los Ángeles llegan cada uno con su creencia diferente. Al invocar a los Ángeles, que son comunes a tantas tradiciones religiosas, se eliminan todas esas diferencias, creando un terreno común, un campo de conciencia unificada. La energía de este campo es más profunda y más amplia que la que puede producir un solo individuo. Abarcados en ese campo que sostiene el Ángel Vinculador del grupo, a todos les resulta muy fácil conocer a sus propios Ángeles.
La contribución de cada uno, cordialmente incorporada a ese campo, se suma a una sabiduría y una visión que una sola persona, por sí, no habría podido crear. Cada individuo cuenta otra porción de la historia humana; cada uno lleva una parte del sueño que todos necesitan oír. En sucesivas ocasiones alguien expresa un pensamiento utilizando las mismas palabras que otra persona pudiera decir. Eso reanima y reconforta. Uno se siente completamente escuchado y comprendido. No importa de qué boca hayan surgido esas palabras: lo que se debía decir ha sido dicho. Y uno sabe, con tremendo alivio, que no es necesario hacerlo todo por sí solo. Porque no se está solo.
Dos amigos que forman un grupo con sus Ángeles crean una diferencia en el mundo. La familia que se abre a los Ángeles crea una diferencia en el mundo.
En la larga historia del planeta, algunas culturas han cobrado conciencia de los reinos celestiales de maneras tan suaves y sinceras que pudieron trabajar con ellos a lo largo de los siglos. Una de esas maneras fue lograda a través de las familias.
A veces, empero, cuando una familia cobraba conocimiento del Ángel que la presidía, quizás visualizándolo como un Dios doméstico, el Ángel se retiraba. Tal como hemos visto, a los Ángeles no les gusta que se los adore. Sin embargo, si se puede mantener el equilibrio (tal como ocurrió en la gran cultura minoica que floreció en la Isla Crea unos dos mil años a. de C.) durante mil quinientos años sin guerra, entones puede prosperar una civilización avanzada.
Tu familia o los miembros de ella que estén abiertos a estas cosas ¿querrían reunirse para sintonizar a su Ángel Vinculador? En momentos de tensión y crisis, tales como una enfermedad o una muerte, sintonizar con el Ángel Vinculador de una famita facilita la curación y la comunicación. Si vas a mudarte, si esperas un bebé o vas a celebrar otro gozoso rito de transformación, deja que el Ángel de tu familia se una contigo y celebre también.
Recuerda que puedes trabajar con los Ángeles en grupo, aunque no todos hayan hecho este estudio. Por ejemplo, cuando os reunís para las comidas, siente la presencia del Ángel guardián de cada uno y la del ángel que custodia a toda tu familia. Puedes invocar a estos seres, e voz alta o para tus adentros, y agradecerles su vigilancia.
En el trabajo, en la escuela, tú puedes hacer otro tanto. Cuando llegues, siente la presencia de los Ángeles guardianes de todos tus compañeros de trabajo o de estudios. Y siente la presencia de los Ángeles que vigilan toda la tienda, la empresa, la oficina o la escuela. En asamblea, en reuniones de personal o de directorio, invoca a los Ángeles de todos los presentes…y también a los Ángeles vinculantes.
Todo el mundo tiene un Ángel guardián y todo el mundo recibe el impulso de los Ángeles, aunque no entiendan cómo. Puedes poner la imagen de un Ángel en tu escritorio o en el tablero de informaciones. Basta hacerlo para tocar una nota muy honda en quienes la vean. Y no tienes por qué decir nada al respecto.
Cuando estés sentada en un autobús o esperando en el banco formando fila, siente a todos los Ángeles, invítalos a acercarse más. Imagina que eres una tejedora del Cielo y la Tierra. Dondequiera que estés, hagas lo que hagas, a cualquier hora del día o de la noche, cuando te abres a los Ángeles haces tu parte en la transformación de nuestro mundo, a través del cuidado y la bondad.
Para llevar ese cuidado un paso más allá, te ofrezco un proceso ideado para un grupo. Es tan simple que cualquiera puede hacerlo, mantengan o no contacto directo con los Ángeles. Puedes hacer este ejercicio con un solo compañero, pero te sugiero que trabajes con dos personas más, cuanto menos, para anclar seguramente la energía angélica en el mundo. Si las personas de tu grupo saben qué es el chakra del timo, invítalas a sentir que una telaraña de energía conecta a todas las personas del círculo, de timo a timo.
Es útil poner en el centro del círculo cristales o piedras que sean especiales para ti, una vela, una flor u otros objetos significativos, para crear a un tiempo un altar y una lente que enfoque la energía grupal. También es muy apropiada una imagen de la Tierra o un globo terráqueo.
Por separado te daré la visualización grupal para la curación planetaria.
Una vez que hayan terminado el ejercicio, sentaos todos a discutir la experiencia. ¿Qué ha sendo, qué ha visto cada uno? Observad que las diferentes experiencias se entretejen en un tapiz más grande. Podéis haber recibido información sobre acciones específicas que hay que iniciar. En una reunión, varias de las personas se sintieron llamadas a plantar árboles. En otro círculo, los participantes fueron convocados a participar en una organización recicladota del vecindario.
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La respuesta es que existen dos modelos de éxito – el humano y el divino, el profano y el sagrado -. Y esto es así debido a que la Ley del Éxito es en realidad la Ley de la Causa y el Efecto, una espada de dos filos que puede ser usada tanto para acarrear penurias como para lograr recompensas. Siempre cosechamos lo que hemos sembrado. Esta es la razón por la cual el Único Sabio nos ha recordado que la clave de todos los éxitos consiste en reconocer que la personalidad es sólo un canal a través del cual el poder y la fuerza de éxito encuentran una forma de manifestarse en el mundo fenoménico.
Antes de seguir adelante, redefinamos el término éxito: El éxito es el orden natural del Universo, el cual ha sido completamente ordenado pro Dios como una fuerza del bien apta para hacer que los efectos de este mundo sean reemplazados por la divina Realidad – para transformar el fracaso en satisfacción, la carencia en abundancia, la enfermedad en plenitud y la discordia en armonía, como el Poder que se manifiesta a través nuestro para alcanzar la satisfacción y los logros de acuerdo con la Ley del Ser.
Y, ¿cuál es la Ley del Ser? Es la conciencia. Todo lo que existe en nuestras vidas y en nuestros mundos individuales está basado en el tono, la resonancia, la estructura y la vibración de la conciencia. Los más brillantes éxitos en todas las áreas de la vida son ahora nuestros, debido a que Dios ya ha satisfecho todas nuestras posibles necesidades otorgándonos el Reino ya terminado, en el que, por supuesto, está incluida la Energía del Éxito. Este Reino, esta energía, sólo existe ahora en la conciencia y nuestra función consiste en liberar ese éxito que ya está fluyendo por los circuitos divinos, peor que, de alguna manera, ha sido perjudicado por la ignorancia y las falsas creencias.
Como ocurre con todos los otros tesoros de la vida, para alcanzar el éxito no debemos tratar de manipular los efectos, sino que sólo debemos buscar la forma de eliminar los obstáculos que bloquean la conciencia.
¿Cuán exitosa eres? Hazte a ti misma esta pregunta: ¿Qué significa para mí el éxito en esta coyuntura de mi vida, y qué apariencia debería tener el mundo si todas las cosas en mi vida fueran exitosas?”. Crea esa personal visión ideal de lo que constituye el éxito tal como tu puedes concebirlo en tu mente. Examina tu estilo de vida, tu trabajo, tu entorno, tus relaciones, tus finanzas. Trata de sentir la forma en que el éxito ser vería realmente y relaciónalo específicamente con vos.
Ahora considera la forma en que has estado viviendo. Retrocede unos pocos años y avanza paso a paso hasta el día de hoy. Examina las tendencias generales de tu vida y el grado de satisfacción que has alcanzado durante esos años y, rápidamente, compara lo que estás viendo en el mundo objetivo con la visión ideal del éxito que tienes en tu mente. Sobe una escala de 1 a 10 (10 representa el nivel superior), califica el actual nivel de éxito que has obtenido en las áreas de tu vida que hemos mencionado más arriba, y también en cualquier otra categoría que te venga a la mente.
Simplemente, establece un promedio entre los diversos aspectos de tu vida, sin detenerte demasiado en ninguno de ellos. Divide el total de las cifras por el número de áreas o categorías que has examinado. Una vez que has logrado obtener la cifra promedio – que representa en general el índice de cuán exitoso te sientes en tu vida -, considera todo lo que necesitas hacer de ahora en adelante. Por ejemplo, si has obtenido un cociente general de éxito de 7, eso quiere decir que sólo necesitas cambiar un 30 por ciento de tu vida. Si ese conciente fuera de 5, necesitarías refundir y modelar el 50 por ciento de tu vida.
Es importante estar preparada para dejar de lado todo aquello que uno desea en la vida y para aceptar lo que realmente desea. Recuerda que has llegado hasta tu actual encarnación para ser una constructora, a pesar de que muchas personas no construyen exitosamente sus vidas debido a que temen que eso ha de retardar su evolución espiritual o al miedo de hacer algo que Dios no desea que hagan. Algunas personas llegan incluso a sentirse culpables por ser felices, porque su vida está llena de abundancia o de dinero, o por tener más salud que la que otros parecen tener.
Si tú tienes en mente esa clase de pensamientos, retrocede hasta lo que es esencial, y recuerda que Dios ha creado un reino en el que no falta nada. En ese reino ha incluido todo aquello que puedas necesitar para vivir gloriosamente, tanto en tu conciencia como en la forma física que ha encarnado en el plano tridimensional. Recuerda también que ese reino ya nos ha sido dado a cada uno de nosotros. Como ya he dicho anteriormente, lo tenemos todo y lo tenemos ahora.
También sabemos que Dios no está directamente involucrado con los efectos de este mundo, sino que es nuestra conciencia de cualquier cosa que reconozcamos y aceptemos en el gran Depósito la que se proyecta y se manifiesta como forma física y experiencia. Y que, mientras mayor sea la vibración de aceptación que resuene en nuestra conciencia, mayor será la forma y la experiencia, debido a que en el Reino no existen grados de salud, de riqueza y de éxito. Allí sólo existe el flujo infinito de la totalidad y somos nosotros los que – midiendo de acuerdo con los patrones de nuestra conciencia – ponemos límites al Gran Ilimitado. ¿Cómo alcanzar el nivel del 100 por ciento? Trabajando en íntima relación con el Ángel del Éxito.
En algunos de los antiguos colegios de Misterios, el Ángel que representa la Energía del Éxito en el campo aúrico de cada individuo era llamado Kronos, un ser que destruía las limitaciones aparentes del tiempo del mundo tridimensional, para revelar en el momento presente la Divina Realidad de la satisfacción y la plenitud. En otras academias sagradas, este Poder Causal era conocido por el nombre de Saturno – el repartidor de los dones y el dador de recompensas de acuerdo con el principio de sembrar y cosechar.
Los místicos hindúes llaman a este Ángel Shiva, que significa “el bondadoso” – un ser que destruye lo que ha creado la naturaleza inferior y restaura las visiones de la naturaleza superior, para que el individuo pueda tener una vida más plena.
En las escuelas, los maestros que asumían el rol de este Ángel basaban algunas veces su enseñanza en cuatro lecciones básicas que conducían a la iniciación:
1) El ideal superior del aspirante.
2) El éxito ya existente del aspirante.
3) El nivel de servicio que el aspirante prestaba a los otros.
4) El fracaso como un importante componente del éxito.
El ideal que el aspirante tendría que llevar en su mente, representaría un objetivo grandioso y altruista que debería ser alcanzado durante la vida del individuo. El estudiante crearía en su mente una idea que se ajustara a su visión más inspirada de la satisfacción y la plenitud y, por medio de una amorosa contemplación, la iría nutriendo hasta convertirla en un objetivo óptimo.
El propósito general de su vida podía concentrarse en la música, la literatura, la escultura, la arquitectura, o en resolver de nuevas maneras los desafíos representados por los problemas humanos, pero la adquisición de bienes materiales no estaba incluida en ese objetivo fundamental. La comodidad física y la prosperidad se consideraban “cosas que venían por añadidura”, es decir que llegarían a partir de la apropiada ejecución del plan superior.
El maestro recalcaba continuamente que todos los logros y realizaciones entrevistos mentalmente en las cámaras de la imaginación, representaban de verdad de lo que el estudiante ya era y ya poseía como algo inherente a sí mismo. En otras palabras, los ideales superiores concebidos en la mente eran reconocidos como realidades que ya existían como parte de la identidad del Yo, pues el Yo es la sustancia de todas las formas y experiencias.
Nosotros, también, debemos llegar a asociar todo lo que deseamos en el plano físico con aquello que ya existe en el mundo invisible, formando parte de nuestro YO SOY.
El servicio era considerado en forma similar a la de nuestros días -”¿Cómo puedo hacer para contribuir mejor con este mundo?” -. A través de este deseo de dar a los otros, como una forma de cumplir con el propósito de nuestra vida, nuestros ideales adquieren mayor claridad y atraemos hacia nosotros los recursos que necesitamos para poner en acción nuestro plan.
En cuanto a lo que concierne al fracaso, el maestro tibetano Djwhal Khul dice que el fracaso no existe, que “lo que existe es sólo una pérdida de tiempo”. Pero Djwhal Khul también se hace eco de las viejas enseñanzas cuando dice que “aprendemos por medio del fracaso… y una lección aprendida por medio del fracaso actúa como una salvaguarda para nuestras acciones futuras. De ese modo nos lleva hacia un rápido crecimiento. deberíamos reconocer al fracaso – si es que existe -, para entonces, con el rostro elevado hacia la luz y una sonrisa dibujada en los labios, volver la espalda a eses fracaso y continuar marchando equilibradamente hacia delante. La única excusa aceptable está basada en el fracaso para aprender lecciones de ese fracaso”.
En el tarot, este poder es simbolizado por el Mundo, una carta que significa la realización final y exitosa de toda clase de materia. Representa la plenitud, el cumplimiento, la suma total de la creación. “Nos muestra que la danza de la vida se ejecuta por medio de la construcción de las formas y la solidificación el poder que nos va otorgando una mayor definición. Ese poder es el que nos capacita para evaluar y para conocer con exactitud y precisión”.
Esa “mayor definición” y esa “exactitud” también pueden relacionarse con la estructura, que es uno de los atributos simbolizados por Saturno. La energía astrológica de Saturno – utilizada por este Ángel – rompe las condiciones existentes mediante la fuerza de su energía de impacto, para que los ideales superiores puedan ser percibidos intuitivamente.
Si te acuerdas, el Ángel Discernimiento está considerado un arquetipo de la Liberación de la deuda Kármica. Y ¿quién emite las órdenes para que esas cuentas sean pagadas? Ni más ni menos, que la energía de Saturno, al que también se conoce como el Señor del Karma, el único que supervisa el cumplimiento de la Ley de Causa y Efecto, el que asegura la conservación del perfecto equilibrio y nos obliga a prepararnos para el futuro.
En un contacto con el Ángel del Éxito el mismo manifestó:
“Piensa de otra manera en el tema del gobierno. Piensa en ti como en un gobernante, alguien que tiene autoridad. YO SOY la Energía de la Causa y el Efecto. ¿Debes gobernar como Causa o ser un sirviente del Efecto? YO SOY la Ley. Por eso me temen. No han sabido hacerse cargo del trono del poder y la autoridad y ahora son las víctimas de un trono rechazado y están sujetos a una vida de esclavitud. Esa es la razón de que teman a Dios. Dios – la Ley Todopoderosa – no puede ser cambiado, pero con comprensión de la Ley, el miedo se transforma en éxito. El poder y la autoridad activan la abundancia para forma la sustancia de la fe a través de la Energía del Amor. El Reino debe ser gobernado, o de lo contrario ha de sumirse en la pobreza y la decadencia.
“Yo sé cómo trabaja la Ley. YO SOY el Señor del karma. Bailo al compás de la música de la conciencia demostrando infaliblemente el poder creativo de la sinfonía que tú estás dirigiendo. Soy el productor de la obra que tú estás dirigiendo. Comedia, drama, misterio, horror. Tú escribe el guión y yo lo produzco.
“El temor a Dios es miedo a tu propia expresión creativa. Yo podría meterte en problemas, pero tú no podrías hacer nada para impedirlo. Mi energía también actúa sobre eso, de modo que en ese estado de conciencia podrías llegar a temer a Dios. Pero tú eres Dios, tú eres quien gobierna tu mundo de experiencia – y un gobernante atemorizado vive en un reino espantoso -. Un gobernante exitoso desempeña su tarea con amor, comprensión, poder y autoridad que rige un reino de belleza, abundancia y paz.
“Elige entre ser gobernado por la Ley o gobernar con la Ley. El verbo se ha hecho carne. ¿Qué es lo que quieres ver hecho carne?”
Es interesante destacar que en el Libro de Josué (1:7-8) se nos dice que podemos alcanzar gran éxito por medio de tres acciones: a) ser firmes, b) tener valor y c) meditar noche y día en la Ley. Esto significa que debemos tener propósitos firmes, ser audaces e intrépidos y tener permanentemente en cuenta la Ley de la Causa y el Efecto – el principio del karma -, que afirma que no puede emplearse ninguna clase de fuerza, mediante el pensamiento, la palabra o los actos, que no produzca el correspondiente efecto.
La energía de Saturno que utiliza el Ángel del Éxito también has ido llamada la Energía de la Oportunidad, y provoca la destrucción de todas aquellas cosas que obstaculizan la expresión de los ideales superiores del individuo. Nos brinda la oportunidad de elegir – de aceptar – nuestro bien superior y de rechazar lo viejo y, con este rechazo, lo viejo desaparece, es “destruido” en sentido figurado. Con sus poderes de irradiación y de atracción nos ayuda a determinar nuestro “verdadero lugar”, a través de la comprensión de la estructura y de la capacidad de ser ingeniosos, prácticos y responsables. La energía nos proporciona disciplina, espíritu de cooperación, buena capacidad de razonamiento y un fuerte sentido del honor y la integridad.
Cuando la energía de este Ángel se encuentra bloqueada, el individuo carece de inspiración. Experimenta un pobre concepto de su propio valor, sentimientos de inferioridad y la sensación de que está siendo dominado por los demás – también experimenta muchos fracasos en las diversas áreas y actividades de su vida. Debido a que el éxito es algo natural, cuando se consigue anular las proyecciones del ego, eso significa que en el divino esquema de las cosas, ya no puede haber esperanzas, deseos o sueños que no hayan sido cumplidos o satisfechos en los planos interiores de la conciencia.
Haz contacto con este Ángel y pregúntale cuáles son las cosas que tú estás haciendo y que están limitando tu propio éxito. Deja que te muestre cuales son tus falsas creencias que pueden estar bloqueando el flujo de tus energías. Y, con su ayuda, también podrías llegar a comprobar tu naturaleza intuitiva, afirmando que “intuitivamente, siento que las siguientes percepciones erróneas de mi conciencia están limitando las posibilidades de alcanzar el éxito en mi vida”, y escribe todo lo que sientas. Examina todos tus patones erróneos, tus temores, tus sentimientos de culpa. Proponte desprenderte de todos ellos y luego entrégalos al Fuego Sagrado del Yo Superior.
Finalidad: Proveernos la energía necesaria para ser realmente exitosos en nuestro “verdadero campo de acción” – la energía para dominar las situaciones por medio del autoconocimiento.
Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: apatía, letargo, falta de inspiración, holgazanería.
Su energía resulta bloqueada debido a: al sensación de inferioridad y de ser dominado por los otros; un bajo sentido del propio valor.
TRABAJOS GRUPALES
Dos o más personas, al trabajar juntas, aumentan la energía que se puede aplicar a un problema o situación. Agrega los Ángeles y podrás tener una combinación lo bastante potente como para crear milagros. Te voy a suministrar ejercicios y ejemplos de cómo las alianzas angélicas pueden contribuir a la transformación y a la curación de nosotros mismos y de nuestro mundo.
Los Ángeles dice que ciertas radiaciones, emanaciones de desperdicios nucleares y algunos de los grandes contaminantes planetarios son especialmente propicios a la transformación por formas de alquimia espiritual. Una de estas técnicas espirituales es la visualización guiada, que se puede ampliar notablemente convocando a los Ángeles para que añadan sus considerables energías.
Un verdadero ejemplo de uno de esos aparentes milagros en acción pasó en 1984, cuando un estudiante, poco después de haber comenzado a trabajar intensamente con los Ángeles en proyectos globales, recibió a mediados del mes de diciembre noticias de un carácter extraño y aterrorizante. Las fechas eran muy importantes porque todo el asunto tienen un flanco muy exacto. Al parecer, en Francia había un hombre, ateo devoto, que había estado recibiendo en sueños la visita de su madre, fallecida recientemente.
La mujer, que había muerto pocas semanas antes, según creo, le informaba con insistencia que iba a producirse una fisión en el reactor atómico de Cape de la Haya. Y daba fechas exactas: entre el 16 y el 18 de enero de 1984. Las visitas nocturnas se tornaron tan acuciantes y perturbadoras que el hombre comenzó a hablar del caso con algunas personas. Desde luego, sus advertencias fueron extensamente desechadas, sobre todo por los mismos que tenían la responsabilidad y habrían podido hacer algo al respecto; el círculo científico.
Por suerte, entre los que se enteraron hubo una mujer vinculada con algunas personas que se tomaban esas situaciones muy en serio: gente que creía en lo sueños. El estudiante que comentó esto se hallaba en Gran Bretaña, pasando un tiempo en Glastonbury, que por allí se conoce como el chakra del corazón de Inglaterra. Es un sitio muy poderoso y sagrado, con una vigorosa comunidad espiritual.
La noticia llegó a la comunidad espiritual de Glastonbury, Inglaterra. Pronto se descubrió por qué. Tal como el cuerpo humano tiene líneas energéticas llamadas meridianos, que fluyen a través de él, también las tiene nuestro planeta. Los grandes meridianos de energía que se entrecruzan en la faz de nuestro planeta se llaman “líneas ley”. Glastonbury se alza justamente en una de estas líneas principales, que corre a lo largo de toda Francia, cruzando el canal de la Mancha y, siempre con rumbo norte, hacia el interior de Inglaterra. Sucedía que la planta de energía atómica de Cape de la Haya estaba situada exactamente en esa línea. Nadie sabía exactamente qué significaba eso, pero causaba malos presentimientos.
Hubo conciliábulos y meditaciones. Se solicitó ayuda a Ángeles y guías y se trazó un plan de acción. Varios individuos fueron enviados a enterrar cristales de cuarzo en puntos clave a lo largo de la línea en la que estaba el reactor.
Llegado el día predicho, la gente formó grupos pequeños para sentarse a meditar profundamente, concentrando el deseo de su corazón en guiar las energías atómicas y transformarlas con la ayuda de nuestros Ángeles en emanaciones positivas de curación.
¿El resultado? Un tremendo impulso de energía armonizadora y regenerativa fue entregada en sitios significativos de poder espiritual. Entre los participantes, la sensación de poder, por fin, hacer algo práctico para devolver la armonía y el equilibrio a nuestro planeta, y el informe de un niño de ocho años que vio, suspendidos por encima de la famosa Glastonbury Tor, una colina próxima a la Catedral de Glastonbury, un pequeño grupo de discos voladores de brillo refulgente, exactamente a la hora de la máxima energía.
¿Resultó? ¿Fue todo obra de nuestra imaginación? Las autoridades atómicas de Francia, ¿tuvieron algo que decir? Pues bien: el reactor no se fundió en enero de 1984. quienes tengan oídos, que oigan.
Cuando cualquiera de nosotros echa un buen vistazo al estado al que hemos llegado en este planeta, tiende a sentirse abrumado por la increíble complejidad e interdependencia de todos los factores que deben ser tenidos en cuenta en una transformación global. Se explica que parezca tan imposible concebirla… o alcanzarla.
Todo parece ligarse irrevocablemente con todo lo demás. En el Golfo de México mueren los delfines por los efluentes de las fábricas norteamericanas. Los agujeros en las capas polares de ozono se abren y se cierran según el desodorante que utilicemos. Las selvas que se queman en Brasil afectan a la calidad del aire de Boston. El deseo de consumir afrodisíacos en el Extremo Oriente aniquila a los últimos rinocerontes del África. La lista es interminable y crece diariamente. Todo parece demasiado complejo para las soluciones simples.
¿O no? ¿Es posible que tengamos ante nosotros algo simplísimo… y a fuerza de buscar no logremos verlo?
La respuesta es simple, sí. Consiste en el cuidado humano. La capacidad de interesarse y preocuparse por la situación ajena. Y como tantas otras cosas, la caridad bien entendida comienza en casa… con nosotros mismos. Si no nos ocupamos de nosotros mismos, ¿Cómo podemos ocuparnos de otras cosas u otras personas?
Si cada uno de nosotros se preocupara por lo que es y por su verdadero propósito en la vida, si cada uno se ocupara de los demás, de la vida en todas sus formas, de las aguas, el aire, las grandes selvas y los animales, todo lo demás se daría naturalmente.
Todos sabemos lo que significa interesarse. Lo sabemos porque nos gusta que los demás se interesen por nosotros. Pero nos dejamos inducir al olvido del interés. Dejamos que el miedo nos aturda y entontezca. Y es el miedo lo que ahuyenta el interés; el miedo y la ignorancia.
Pero cada uno de nosotros puede revertir esa tendencia en sí mismo. En cualquier momento, en cualquier estado de ánimo, podemos comenzar por interesarnos por lo que tenemos aquí mismo, bajo las narices. Si cada uno de nosotros lo hace y persevera, este sencillo acto creará una oleada de interés que provocará en verdad, la transformación global que todos deseamos ver con todo nuestro corazón. Cuando cada uno de nosotros recuerde hacer lo suyo con más atención y hacer más de lo que nos interesa, de lo que más amamos, entonces la diferencia será inmensa y maravillosa; la sentiremos inmediatamente; primero, cada uno de manera individual; luego, todos nosotros juntos.
Puedes decir: “Sí, la solución es simple. Pero ¿cómo se hace? ¿Cómo aprenderemos a interesarnos? ¿Cómo nos acordaremos de interesarnos, si en toda nuestra historia nadie se ha cuidado del prójimo?
La respuesta a esa pregunta también es simple. Es la manera angelical. Cuando nos abrimos a los Ángeles nos abrimos a una fuente de amor que es infinita en su abundancia. Y después de todo ¿no es amor lo que estamos buscando?
Los Ángeles tienen dos maneras de trabajar con nosotros en la curación y la transformación globales. La primera es mediante la información directa, compartiendo con nosotros el conocimiento que nos pondrá a todos en el siguiente paso de la tecnología, cultura y conciencia. Esto ocurre cada vez que nos abrimos a nuestros Ángeles y dialogamos con ellos. La segunda manera es compartir su energía; al hacerlo, los humanos avanzamos hacia una conciencia colectiva; nos convertimos en un solo corazón, una sola mente.
Los Ángeles son seres colectivos, al tiempo que son muy individuales. Desde hace siglos, los humanos luchamos para equilibrar nuestra individualidad con nuestra naturaleza colectiva. En casi todas las culturas, el individuo ha sido incluido en lo colectivo, pero en las últimas centurias hemos visto un creciente interés pro el yo, a veces en oposición a la comunidad y, a veces, a expensas de ella, sea ésta la familia, la ciudad o la nación.
Cuando alternamos con los Ángeles, cada vez que absorbemos su energía, recibimos por ósmosis parte de su capacidad de ser exactamente quienes son, en armonía con el todo, en armonía con Todo lo Que ES.
Los participantes en una reunión con los Ángeles llegan cada uno con su creencia diferente. Al invocar a los Ángeles, que son comunes a tantas tradiciones religiosas, se eliminan todas esas diferencias, creando un terreno común, un campo de conciencia unificada. La energía de este campo es más profunda y más amplia que la que puede producir un solo individuo. Abarcados en ese campo que sostiene el Ángel Vinculador del grupo, a todos les resulta muy fácil conocer a sus propios Ángeles.
La contribución de cada uno, cordialmente incorporada a ese campo, se suma a una sabiduría y una visión que una sola persona, por sí, no habría podido crear. Cada individuo cuenta otra porción de la historia humana; cada uno lleva una parte del sueño que todos necesitan oír. En sucesivas ocasiones alguien expresa un pensamiento utilizando las mismas palabras que otra persona pudiera decir. Eso reanima y reconforta. Uno se siente completamente escuchado y comprendido. No importa de qué boca hayan surgido esas palabras: lo que se debía decir ha sido dicho. Y uno sabe, con tremendo alivio, que no es necesario hacerlo todo por sí solo. Porque no se está solo.
Dos amigos que forman un grupo con sus Ángeles crean una diferencia en el mundo. La familia que se abre a los Ángeles crea una diferencia en el mundo.
En la larga historia del planeta, algunas culturas han cobrado conciencia de los reinos celestiales de maneras tan suaves y sinceras que pudieron trabajar con ellos a lo largo de los siglos. Una de esas maneras fue lograda a través de las familias.
A veces, empero, cuando una familia cobraba conocimiento del Ángel que la presidía, quizás visualizándolo como un Dios doméstico, el Ángel se retiraba. Tal como hemos visto, a los Ángeles no les gusta que se los adore. Sin embargo, si se puede mantener el equilibrio (tal como ocurrió en la gran cultura minoica que floreció en la Isla Crea unos dos mil años a. de C.) durante mil quinientos años sin guerra, entones puede prosperar una civilización avanzada.
Tu familia o los miembros de ella que estén abiertos a estas cosas ¿querrían reunirse para sintonizar a su Ángel Vinculador? En momentos de tensión y crisis, tales como una enfermedad o una muerte, sintonizar con el Ángel Vinculador de una famita facilita la curación y la comunicación. Si vas a mudarte, si esperas un bebé o vas a celebrar otro gozoso rito de transformación, deja que el Ángel de tu familia se una contigo y celebre también.
Recuerda que puedes trabajar con los Ángeles en grupo, aunque no todos hayan hecho este estudio. Por ejemplo, cuando os reunís para las comidas, siente la presencia del Ángel guardián de cada uno y la del ángel que custodia a toda tu familia. Puedes invocar a estos seres, e voz alta o para tus adentros, y agradecerles su vigilancia.
En el trabajo, en la escuela, tú puedes hacer otro tanto. Cuando llegues, siente la presencia de los Ángeles guardianes de todos tus compañeros de trabajo o de estudios. Y siente la presencia de los Ángeles que vigilan toda la tienda, la empresa, la oficina o la escuela. En asamblea, en reuniones de personal o de directorio, invoca a los Ángeles de todos los presentes…y también a los Ángeles vinculantes.
Todo el mundo tiene un Ángel guardián y todo el mundo recibe el impulso de los Ángeles, aunque no entiendan cómo. Puedes poner la imagen de un Ángel en tu escritorio o en el tablero de informaciones. Basta hacerlo para tocar una nota muy honda en quienes la vean. Y no tienes por qué decir nada al respecto.
Cuando estés sentada en un autobús o esperando en el banco formando fila, siente a todos los Ángeles, invítalos a acercarse más. Imagina que eres una tejedora del Cielo y la Tierra. Dondequiera que estés, hagas lo que hagas, a cualquier hora del día o de la noche, cuando te abres a los Ángeles haces tu parte en la transformación de nuestro mundo, a través del cuidado y la bondad.
Para llevar ese cuidado un paso más allá, te ofrezco un proceso ideado para un grupo. Es tan simple que cualquiera puede hacerlo, mantengan o no contacto directo con los Ángeles. Puedes hacer este ejercicio con un solo compañero, pero te sugiero que trabajes con dos personas más, cuanto menos, para anclar seguramente la energía angélica en el mundo. Si las personas de tu grupo saben qué es el chakra del timo, invítalas a sentir que una telaraña de energía conecta a todas las personas del círculo, de timo a timo.
Es útil poner en el centro del círculo cristales o piedras que sean especiales para ti, una vela, una flor u otros objetos significativos, para crear a un tiempo un altar y una lente que enfoque la energía grupal. También es muy apropiada una imagen de la Tierra o un globo terráqueo.
Por separado te daré la visualización grupal para la curación planetaria.
Una vez que hayan terminado el ejercicio, sentaos todos a discutir la experiencia. ¿Qué ha sendo, qué ha visto cada uno? Observad que las diferentes experiencias se entretejen en un tapiz más grande. Podéis haber recibido información sobre acciones específicas que hay que iniciar. En una reunión, varias de las personas se sintieron llamadas a plantar árboles. En otro círculo, los participantes fueron convocados a participar en una organización recicladota del vecindario.
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