Es una ley espiritual común la que dice que todo sucede por una razón. Y a veces es una píldora difícil de tragar. Las razones no siempre están claras, pero los acontecimientos de nuestras vidas aparecen porque los merecemos y porque están diseñados para ayudarnos a transformarnos y crecer; y la transformación nos acerca a crear una conexión con la Luz… ¡lo cual es siempre bueno!
Esta semana, en lugar de enfrentarte a cada situación aparentemente negativa con consternación, intenta recordar que hay una lección en la circunstancia y esta lección te llevará finalmente a un lugar mejor, a un nivel espiritual más elevado. En los momentos de aflicción, por muy difícil que te sea ver la razón de tu adversidad, encuentra dentro de ti mismo la fuerza para decir: “Por ahora acepto este reto, sin conocer su razón pero confiando en que el universo me ha enviado esto por mi propio bien y que algún día lo entenderé plenamente”.
Es nuestra rendición total al Universo lo que nos conecta con la Luz.
Lamentablemente, nuestro Deseo de Recibir Sólo para Nosotros Mismos busca constantemente distraernos de tener esta conciencia. En su lugar, nos obstaculizamos el camino, con preocupación e inquietud hacemos una montaña de un grano de arena. Queremos arreglar el problema ahora mismo. Queremos ver los frutos de nuestro trabajo de forma instantánea. A veces necesitamos permanecer en la incomodidad para poder obtener un mayor beneficio. Así pues, en vez de pedir que se detenga el dolor, pide poder ver qué es lo que debes aprender a partir de este dolor. Una vez aprendas la lección, ya no habrá motivo para que exista el dolor, ¿no es cierto?
El Creador siempre tiene nuestros mejores intereses en su corazón. Esta semana, tenemos el poder de rendirnos al momento, de elegir ser pacientes, de buscar la lección y permitir que el regalo oculto se desenvuelva ante nosotros.
Todo lo mejor,
Yehuda
Secuencia de los 72 Nombres conectada a esta semana
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