KWAN YIN
VIAJE HACIA KWAN YIN
Siéntate con la espalda recta y cierra los ojos. Inspira profundamente y espira lentamente. Toma otra inspiración, respirando profundamente en el corazón y deja salir el aire poco a poco, mientras sientes como tu corazón se expande. Inspira profundamente de nuevo y espira con un suspiro desde el corazón. Visualízate a ti misma/o dentro de tu corazón. Escucha tu latido cardiaco pulsando en torno a ti. Dentro de tu corazón hay un puente de arco iris. Te diriges a él y lo recorres, cruzando por encima las grandes aguas. A medida que lo recorres te vas sintiendo más relajada. Las grandes aguas son serenas y calmantes y es una delicia caminar sobre el puente, el aire es fresco y agradable.
En el otro lado del puente se encuentra la paradisíaca isla de P’u T’o Shan, donde vive Kwan Yin. Ella te da la bienvenida cuando llegas y te regala una hermosa flor. En el momento que aspiras la fragancia de la flor, sientes que el co
razón se te abre. Kwan Yin te toma de la mano y te lleva a través de una vegetación rica, exuberante y fragante hasta su pabellón. Después de acomodarte con cariño y consideración, te lava los pies y te sirve aquello que tú necesitas que te sirvan. Kwan Yin te pide que le cuentes tus problemas y tu no dudas en contárselos. Ella te escucha con atención, desde lo más profundo. Tu te sientes alimentada y amada hasta el mismísimo centro de tu ser. Tienes la sensación de que nadie nunca te escucho con tanta atención, de una forma tan profunda. Te resulta maravilloso, además de profundamente curativo.
Te sientes ligera y en paz contigo misma. Sigue con Kwan Yin hasta que estés lista para regresar.
Ella te lleva de vuelta hasta el puente arco iris y te da un abrazo. Tú le das las gracias y echas a andar por el puente, sintiéndote recargada y revitalizada. No te lleva mucho tiempo cruzar el puente, hasta que entras de nuevo en tu corazón. Inspira profundamente y mientras espiras, vuelve a tu cuerpo. Toma otra respiración y cuando sueltes el aire, abre los ojos.
Te sientes ligera y en paz contigo misma. Sigue con Kwan Yin hasta que estés lista para regresar.
Ella te lleva de vuelta hasta el puente arco iris y te da un abrazo. Tú le das las gracias y echas a andar por el puente, sintiéndote recargada y revitalizada. No te lleva mucho tiempo cruzar el puente, hasta que entras de nuevo en tu corazón. Inspira profundamente y mientras espiras, vuelve a tu cuerpo. Toma otra respiración y cuando sueltes el aire, abre los ojos.
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